Ningún funcionario de la Secretaría de Seguridad Pública del municipio se debió sentir sorprendido.
Todos, incluso la población civil, estaba alertada.
El jueves 5 de enero iba a ser la fecha de los saqueos.
Se anunció por redes sociales.
Grupos de pandilleros fueron convocados.
Hubo alertas para que los dueños de los comercios cerraran sus puertas.
La intención, calificada de exitosa en Puebla, era desestabilizar a los comercios internacionales. Fortalecer la protesta no solo del aumento de la gasolina, de los demás aumentos.
Era un "saludo" al nuevo presidente de Estados Unidos tras el anuncio de que la empresa Ford "recogía sus canicas y se retiraba".
Los primeros saqueos fueron a la tienda Bodega Aurrerá que se ubica en la 11 Sur y avenida Las Torres.
Por lo menos 20 sujetos que se cubrían el rostro con pasamontañas fueron los primeros en irrumpir en la sucursal, rompiendo los cristales de la puerta principal.
Luego llegaron otros, ahora sí civiles, azuzados por los primeros, quienes se apoderaron de pantallas, estéreos, celulares y aparatos eléctricos.
Hubo quienes utilizaron los carritos para sacar lo que pudieran.
Después de más de una hora apareció la Policía Municipal.
Los uniformados esperaban desde sus patrullas en las unidades habitacionales Mateo de Regil y Fovissste San Roque y una vez que les dieron la orden acudieron a resguardar las tiendas comerciales.
Así ocurrió en las tiendas de La Margarita, Valsequillo, La Noria y otras más al oriente de la ciudad.
Se cancelaron todos los operativos para colocar retenes a las orillas de la ciudad de Puebla.
Pero no hubo seguridad para los poblanos, solo se resguardaron los centros comerciales como Angelópolis, Centro de Convenciones y Galerías Serdán, entre otros.
Al cierre de esta columna la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, además de los cuerpos de auxilio médico, no reportaban ni heridos ni detenidos.
No se dieron detalles de cuántas denuncias por robos a comercios, tiendas y tianguis, ocurrieron, solo se dijo que tanto el "C-5" como la Fiscalía General del Estado tuvieron que atender a muchos civiles.
El 6 de enero, Día de Reyes, Puebla no durmió.
Nos vemos cuando nos veamos.