A solo 6 días de que concluya esta administración, las mafias dedicadas al huachicoleo aumentaron sus ataques a las fuerzas del orden, tanto del estado como federales.

En por lo menos dos días seguidos los huachicoleros ya se enfrentaron con la Policía del Estado y el Ejército Mexicano, además de la Ministerial, sin que se conozca a ciencia cierta el número de heridos.

El miércoles los militares fueron atacados en una de sus bases que se ubica en San Jerónimo Ocotitlán, que es junta auxiliar de Acajete.

Estas instalaciones se ubican en el Rancho de Santa Rosa.

Según los reportes que se dieron del caso, los militares fueron atacados por haber golpeado antes a un joven a quien descubrieron en posesión de hidrocarburo robado.

Durante varios minutos, los militares estuvieron bajo fuego hasta que los huachicoleros decidieron retirarse en más de 20 camionetas que utilizaron para trasladarse.

Un segundo ataque ocurrió en el municipio de Tepeaca, hombres armados atacaron a elementos de la Policía del Estado que habían detenido una camioneta que transportaba bidones de hidrocarburo.

Del enfrentamiento se dieron reportes de un detenido que resultó herido.

No por una bala de la policía, sino por un error de otro delincuente a quien se le fue un tiro.

Un tercero y cuarto enfrentamiento ocurrieron en Ciudad Serdán.

Los maleantes decidieron atacar dos frentes policiacos, uno la Policía del Estado y otro la Ministerial.

En los dos casos los agresores hicieron alarde de los vehículos donde se movilizaron y las armas que detonaron.

Para fortuna de la policía no hubo heridos, al menos así se dijo en un reporte preliminar.

De lo que aquí le comento el gobierno de Puebla no hizo un solo comentario, ni siquiera difundieron algún boletín como para tapar lo que está ocurriendo.

En otras palabras, le valió madre.

No es la primera vez que sucede, este gobernador se quiere retirar presumiendo una seguridad que ni él mismo tiene.

El miércoles fue asesinado el alcalde de Tepexco, le dispararon en tres ocasiones cuando se encontraba dentro de su camioneta.

Y el gobierno a través de la Fiscalía General del Estado se lavó las ‎manos.

‎Enviaron un boletín donde informaban del asunto, justificaron que ocurrió en una zona federal, como si esa "zona" no estuviera dentro del territorio poblano.

"Ese crimen no cuenta", debieron haber pensado.

Como lo que está ocurriendo en el oriente de la entidad, donde existe un enfrentamiento abierto, por no decir principio de guerra, entre el crimen organizado y los cuerpos de seguridad, que son también este gobierno.

Y lo más grave es que lo que está pasando en Puebla no sale de Puebla.

Como ocurrió alguna vez en Tamaulipas o Veracruz, o...

Nos vemos cuando nos veamos.