En el municipio de Huauchinango, por 24 horas aún gobernador, Rafael Moreno Valle realizó una de sus últimas giras de trabajo y se refirió a la inseguridad pública que prevalece en Puebla como un “asunto pendiente federal”, y se lavó las manos.

El desmemoriado gobernador, que llegó a su gira de trabajo a bordo de un taxi pirata, como lo señalan algunos medios de comunicación, se deslindó de los secuestros, crímenes, asaltos, feminicidios, robo de vehículos, de unidades del transporte y otros, como “asuntos federales”.

Ni en su último informe, ni en las últimas giras que realiza ha mencionado que su gobierno sí tiene responsabilidad no solo en los delitos que le he comentado, también en el robo de hidrocarburos.

Se le olvidó que el 14 de julio de 2015, su entonces jefe de la Policía Estatal, Marco Antonio Estrada López y el entonces titular del Grupo de Operaciones Especiales (GOES), Tomás Méndez Lozano, fueron detenidos por personal del Ejército Mexicano en la población de San Felipe Tenextepec, en el municipio de Tepeaca, por proteger el robo de hidrocarburos.

Se le olvidó que como consecuencia de ese escándalo tuvo que salir en forma vergonzosa y por la puerta trasera su exsecretario de Seguridad Pública del Estado, Facundo Rosas Rosas, para que después fuera implicado ante la Subprocuraduría de Investigación en Delitos de Alto Impacto (SEIDO), en la protección a las organizaciones dedicadas al robo en ductos de Pemex.

Ahora dice que toda esta inseguridad es pendiente de los federales.

¿Con esa memoria pretende ser candidato presidenciable?

Por cierto, deja una Puebla “caliente”.

La madrugada del domingo, de nueva cuenta huachicoleros atacaron a un grupo de elementos de la Policía del Estado.

Los hechos ocurrieron en San Jerónimo Ocotitlán, del municipio de Acajete.

Es el quinto enfrentamiento en menos de una semana.

En la zona de “El Triángulo Rojo”, es la herencia que Moreno Valle nos deja, a través de su ahora exsecretario de Seguridad Pública del Estado.

Las tranzas de los que ya se sienten en el poder

A esta columna llegó una carta enviada por un empresario en transportes que solicitó por su seguridad, fuera omitido su nombre.

La carta dice que el 27 de enero, entre las 11 y las 12 horas, llegó a sus oficinas un elemento de la Policía Estatal, de nombre, Adolfo Mendizábal Mendoza, a bordo de la unidad P-471.

Le dijo que a partir de ese día tenía que “entrarle” con él porque era el nuevo director de Vialidad del Estado.

Le dijo que si no le obedecía iba a “chingar” a todos sus camiones.

El empresario preguntó quién era este hombre y se enteró que no es de Vialidad, es solo un policía del estado, sin cargo alguno.

Un día antes de esta visita a sus oficinas, lo fue a ver un policía de nombre Raymundo, que se enteró que le dicen “El Bombero”, que le dijo que iba de parte del comandante Mendizábal, por “lo suyo”, pero no le dio nada.

El empresario tiene temor fundado de que este tipo de extorsiones se sigan dando, por lo cual decidió denunciarlo públicamente, además dijo que acudiría a la Fiscalía General del Estado (FGE) para presentar denuncia por el delito de extorsión.

Nos vemos cuando nos veamos.