El juez segundo de Distrito en Materia Penal consideró que la detención de Ángel de Jesús ‎Carrasco López, uno de los tres aprehendidos por el asesinato de Isarve Cano Vargas, fue en forma arbitraria por la Fiscalía General del Estado (FGE), por lo cual todas las actuaciones realizadas para investigar el caso, por lo menos con él, quedaban invalidadas.

De acuerdo con el análisis del juez de Distrito, Ángel de Jesús, además de ser detenido sin ninguna orden legal, fue sometido a diversos tipos de tortura para que se confesara culpable de un asesinato ocurrido el 17 de mayo de 2015.

Estos abusos por parte de la FGE, la de Víctor Antonio Carrancá Bourget, motivó que los abogados tuvieran los motivos suficientes para echar por tierra las investigaciones del caso del feminicidio.

Otros dos implicados en el mismo crimen, Efraín Méndez Cabrera y Jairo Adán Gutiérrez Carrera, siguen en prisión, siguen aún presos, en espera de acobijarse con el mismo amparo que favorece a Ángel de Jesús Carrasco.

De hecho, la FGE tuvo desde marzo de 2016 el chance de poder revertir el fallo, luego de que este Juzgado de Distrito había ordenado al Juzgado Segundo de lo Penal que repusiera el procedimiento, es decir, que dictara un nuevo auto de formal prisión, presentando nuevas pruebas, o que lo pusiera en libertad, pero no hizo lo uno ni lo otro.

Como se habrá dado cuenta el lector, el juez segundo de Distrito consideró que la detención de Ángel de Jesús Carrasco estuvo plagada de vicios y de errores, porque simplemente no se realizó conforme a derecho.

Fue un vulgar levantón, lo detuvieron como acostumbraba la extinta Policía Judicial del Estado y la Procuraduría General de Justicia.

Quisieron seguir a la antigüita, a ‎base de calentadas, amenazas, alteración de pruebas, pero de investigación nada.

Valieron madres los millones y millones de pesos que destinó el gobierno de Puebla y la federación para preparar a los "modernos" policías ministeriales, peritos, agentes del Ministerio Publico.

Solo les hubieran dado un mazo y un uniforme de piel de animal para que salieran a cazar y fabricar a sus criminales.

En el caso de Ángel de Jesús Carrasco, está a punto de dormir el sueño de los justos en el basurero.

No porque haya sido o no culpable, sino porque la Fiscalía hizo mal las investigaciones.

Se les olvidó que la era de los chingadazos para aclarar un delito ya se terminó.

Este es uno de muchos casos que en breve va a perder la FGE.

Porque no han realizado sus investigaciones apegados a derecho.

El Cereso de San Miguel y los del estado tienen entre su población internos a quienes les han violado sus derechos, les han cortado parte de su vida para tener sus chivos expiatorios.

Nos vemos cuando nos veamos.