Pocas veces una crisis como la que vive actualmente el futbol mexicano ha sido tan profunda y dejado tantos heridos y muertos en las trincheras.
Es preocupante la manera en la que los jerarcas de nuestro futbol manejan las cosas, vendettas, traiciones, ojo por ojo y diente por diente son los comunes denominadores que prevalecen en todos los ámbitos de nuestro balompié.
El arbitraje por sí mismo rebasado por la velocidad se ha vuelto el arma favorita para determinar quién gana y quién pierde de acuerdo a las conveniencias, intereses y fines económicos.
De nada sirvió el paro de árbitros más que para demostrar que la crisis que vivimos es aún más profunda de lo que suponíamos y que si de verdad no se hace algo rápido por limpiar las cloacas y las fosas sépticas por las que pasa la vida interna del futbol mexicano, estaremos corriendo un riesgo terrible de perder el control del deporte más visto, querido y jugado en nuestro país.
Puebla contra Morelia
La tarde noche de ayer pintó el estadio Cuauhtémoc con un color especial, ese aroma de juego de descenso que se ha vuelto un invitado permanente en nuestra ciudad desde hace muchos ayeres.
El empate de Chiapas y la derrota del Veracruz en Guadalajara abrían la posibilidad de dar el salto definitivo, el paso que se requería para decirle adiós a la lucha por mantenerse en primera división.
Enfrentar al Morelia abría la posibilidad de poner tierra de por medio, pues una eventual victoria pondría a los camoteros a 12 puntos de distancia de los escualos y a 11 de los mismos monarcas quedando ya solo 21 puntos por disputarse lo cual prácticamente te estaría dando la salvación, si no de manera matemática, sí de manera práctica.
Así, ante una entrada de 20 mil aficionados con lo que se comprueba que este horario está matando el futbol en nuestra ciudad pues ante un juego definitivo de descenso y con precios muy accesibles de 50 y 100 pesos, el aficionado no se hizo presente como debería de ser en un horario más cómodo como podrían ser los domingos a las 12 del mediodía.
Sin embargo, después de soplarnos un partido soso en el que escasearon las opciones de gol y con un arbitraje nuevamente que se comportó de manera sospechosa, La Franja con gol de último minuto cayó en un partido que era fundamental al son de un gol por cero.
Quedan terribles dudas sobre el gol que anota Canelo cuando faltaban ocho minutos para terminar el partido cuando el arquero purépecha choca en un centro con su propia defensa afuera del área chica y al soltar la pelota el delantero poblano marca el gol que sentenciaba el partido; sin embargo, el silbante decreta que había sido falta del jugador poblano y anula la anotación, posteriormente viene la expulsión de Robert Herrera por acumulación de tarjetas y al final en otra falta también dudosa el Morelia aprovecha que el arquero Campestrini se atornilló y le rematan dentro del área chica para determinar la victoria a favor de Los Monarcas y poniendo al equipo camotero en un verdadero predicamento.
Se viene lo peor, pues después de la fecha FIFA que se disputará la próxima semana, La Franja tendrá que enfrentar tres partidos durísimos en calidad de visitante frente a Pachuca, Chivas y Veracruz de manera consecutiva.
No queda más que esperar que el equipo de Cardozo rescate lo que se pueda fuera de casa y que el equipo jarocho termine por hundirse pues a la fecha el Puebla mantiene una ventaja de 9 cuando restan por disputarse aún 21 puntos.
Que Dios nos agarre confesados porque pinta para que en la última fecha terminemos como viene siendo costumbre colgados de la lámpara.
Se cumplió la venganza contra Lobos BUAP
La contestación de la comisión de arbitraje a la protesta emitida por la directiva de los Lobos BUAP fue clara, concisa y elocuente.
En pocas palabras y como lo comentaba líneas arriba, la anarquía, la ley del más fuerte, el ojo por ojo, prevalecen de manera impune en nuestro futbol.
Mire usted que dar por buenos dos goles del equipo de Venados en clarísimo fuera de lugar no fueron suficientes para poder doblar a los universitarios a quienes tuvieron que aplicarles todas las llaves posibles para anularles además tres goles de los cuales al menos dos eran válidos de manera clara y contundente.
Queda claro que aquí lo mejor es poner la otra mejilla y dejar correr las cosas, so pena de ser ejecutados de la manera más vil y ruin que se pueda pensar.
La clasificación, con las cuchilladas que ha sufrido el equipo universitario, se ha complicado, aunque no se deben de bajar los brazos, pues aún quedan doce puntos en disputa los cuales se deben de buscar a muerte.
Nosotros como siempre veremos y diremos.