Si usted analiza el informe de la Fiscalía General del Estado (FGE) del sábado 18 de marzo con relación al resultado del operativo Encrucijada ocurrido horas después de la muerte de tres agentes de la Fiscalía Investigadora de Secuestros y Delitos de Alto Impacto (FISDAI), en tres municipios del “Triángulo Rojo”, se habrá dado cuenta que la efectividad fue de menos de 50 por ciento.
De 87 detenidos, incluidos 12 menores, 5 mujeres, además del presidente municipal de Atzitzintla y 5 elementos de la Policía Municipal, la Fiscalía solo pudo vincular a proceso a 42 personas.
Las otras 45 fueron puestas en libertad por todos los argumentos que a usted se le ocurran, el principal, que no se cumplieron los protocolos del Nuevo Sistema de Justicia Penal.
Se trató de detenciones al vapor, de vulgares redadas donde no hubo el complemento de la orden de aprehensión o presentación ante alguna autoridad ordenada por un juez.
Tampoco se puede hablar de una detención en flagrancia de un delito.
Fueron puras especulaciones.
La FGE no ha querido reconocer que de los 87 detenidos, entre estos el presidente municipal de Atzitzintla y sus 5 elementos de la Policía Municipal, se encuentran como efectivas dos detenciones de hermanos de apellidos Morales, quienes serían quienes trajeron a “Los Zetas” y a su jefe “El Bukanas” a operar en la demarcación y municipios cercanos.
De los demás detenidos no se ha podido justificar por qué se metieron a sus viviendas sin ninguna orden, por qué los privaron de su libertad, si en contra de ellos no tenían una sola investigación.
Hay que recordar la conferencia de prensa del gabinete de seguridad del gobierno del estado, donde Víctor Antonio Carrancá Bourget declaró que ese operativo Encrucijada ya estaba planeado desde mucho antes y se activó tras el secuestro de los tres agentes de la FISDAI.
En otras palabras, todos los detenidos ya tenían vigilancia previa, solo faltó alargar la mano y alcanzarlos, pero no fue así.
El personal de la FGE actuó con el hígado, molesto por la muerte de sus compañeros, y levantaron a quienes se les pusieron enfrente.
Se dejaron llevar por el coraje y no por la inteligencia que dan los cursos de formación y profesionalización policial.
Y eso que casi todos los elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) son de los considerados policías acreditables.
¿Qué hacían tres agentes de la FISDAI en zona de huachicoleros?
La primera respuesta a esta pregunta la ofreció el mismo fiscal Carrancá en una entrevista a una televisora momentos después de la desaparición de los agentes, y esta era que investigaban a huachicoleros.
Y le pregunto: ¿Qué hacían tres agentes especializados en investigaciones de delitos de alto impacto, solos y sin respaldo en una zona considerada "Z"?
Y la única respuesta que han ofrecido investigadores en la materia es que “fueron por lo suyo” y les salió mal el encargo.
Y no es la primera vez que pasa en las filas de la ahora FGE.
Varios agentes han sido asesinados cuando se internan en zonas de peligro y van solos.
Incluso federales han sido blanco de agresiones y asesinatos.
Y es que cuando la FISDAI investiga algún delito, siempre van preparados para todo, incluso en careos, por lo cual la presencia de tres agentes solos, sin respaldo, deja muchas preguntas al aire.
¿Y los alcaldes, apá?
Y ahora resulta que ya culminaron o están por culminar las investigaciones del operativo Encrucijada y ninguno de los alcaldes aludidos, por medios informativos, han sido ni serán llamados a declarar.
Y las mismas investigaciones resaltan que ningún presidente municipal, ni de Acatzingo, ni de Serdán, ni de Palmar de Bravo, ni de Quecholac, van a ser llamados a declarar.
Lo que ha estado trascendiendo es puro “lodo político”, porque la FGE no tiene en su agenda ninguna cita o presentación de algún alcalde.
Nos vemos cuando nos veamos.