Antes de la medianoche del domingo, un rumor se esparció en diversos medios informativos.
Indicaba que al interior del Centro de Reinserción Social (Cereso), de San Miguel se había registrado una riña con saldo de un interno herido al menos en tres ocasiones con una punta.
El rumor indicaba la participación de al menos dos grupos que se movilizan al interior del penal de Puebla y que además había intervenido personal de Seguridad y Custodia a favor de uno de estos.
Amén de que la riña habría ocurrido como consecuencia de una disputa entre grupos.
Más tarde, se suavizó, se dijo que la pelea ya había sido controlada y que todo transcurría como “miel de abeja”.
Horas más tarde el rumor cobró fuerza, ahora indicaba que un mando del Cereso había sido cesado y que su puesto había quedado vacante.
Pero resultó que no hubo tal cese y que este se encontraba en un curso y al terminar se iba a incorporar a su trabajo.
Y resulta que en el Cereso no se registró riña alguna, que esta pudo haber ocurrido meses atrás, además de que el presunto herido no presentaba ninguna lesión.
Y le comento que este rumor movilizó la crítica de los esquemas con los que operan los Centros de Reinserción del estado.
Esto sucede cuando la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), hiciera observaciones sobre los protocolos con que operan penales de otros estados.
Entonces resulta que alguien llevó la intención de causar un alboroto imaginario para armar un escándalo general.
¿Un escándalo para ocultar otro?
Lo cierto es que el rumor se apagó como empezó.
Otro que cobra renta a narcomenudistas
Sergio Rojas Sánchez tiene el cargo de inspector, adscrito a la Casa de Justicia.
Reportes llegados a esta columna indican que desde su arribo este señor colocó en sus oficinas un altar con veladoras y ajos.
Este hombre sería el encargado de cobrar las rentas de narcomenudistas, ladrones de casas habitación y otro tipo de delincuentes.
Quien se encarga de acudir, por sus órdenes, es el Policía Ministerial Julio.
En la calle Lerdo se reúne un grupo de ministeriales que realiza detenciones sin importancia, solo para cumplir con la cuota de trabajo.
Los demás delitos los dejan pasar, porque todos ya están arreglados.
¿Hasta dónde llegarán estos sobornos?
Nos vemos cuando nos veamos.