Y ahora resulta que la Fiscalía General del Estado (FGE), a través de su titular, Víctor Antonio Carrancá Bourget, decidió romper el silencio desde que mandos federales, en conferencia de prensa nacional, dieron a conocer la primera detención del sujeto que participó en el asalto a una familia en la México-Puebla, tratándose de Orlando X. “El Chivo” y dijo que este hombre no era responsable del delito.

Carrancá se mostró sereno, con ganas de morderse los labios para no reír cuando el comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales, presentó con bombo y platillo a Orlando Xolalpa Sánchez como el primero de los que habrían asaltado a una familia, violado a dos mujeres y asesinado a un menor de dos años.

La presentación llegó acompañada de la historia del presunto maleante y de sus hermanos, ligados a la banda de “Los Xolos” o “Los Moyos”‎.

Y entonces resultó que los afectados no lo identificaban y no faltó quien dijera que se trataba de un chivo expiatorio.

Y Carrancá, ante la serie de preguntas que le hacían en los diversos actos donde llegaba, solo decía que fueron los federales los que lo detuvieron, no los suyos.

Y cuando llegó el momento de presentar a otros sospechosos, Carrancá ni siquiera mencionó a “El Chivo”, solo agradeció la colaboración de la Procuraduría General de la República (PGR) y de otras autoridades federales, con la seguridad de que les estaba dando una cachetada con guante blanco.

Y resulta que gracias a Dios, al momento de que fue detenido “El Chivo” este, ¿tenía una pistola y droga?, si no tendrían que ponerlo en libertad con un “usted disculpe”.

O ¿le sembraron el arma y la droga?

Sea como sea, esta es la forma como en México se esclarecen delitos de alto impacto.

Presentando dos o tres bandas acusadas por el mismo delito.

Aquí le comenté que los vecinos de Moyotzingo decidieron ponerle el dedo a “El Chivo”, ante los federales, porque había desconfianza en las corporaciones de policía poblanas.

Y le sostengo lo mismo.

En el Cereso tenemos muchos chivos, que fueron detenidos por delitos de alto impacto y que resultaron inocentes, pero como les sembraron otros crímenes, no pudieron obtener su libertad.

¿Cuántos chivos conoce usted?

Nos vemos cuando nos veamos.