Manuel Alonso García se inició en las filas de la desaparecida Policía Judicial del Estado (PJE), en los tiempos en los que el conocimiento para la persecución de delitos no partía de los cursos de profesionalización, sino de indagatorias de calle, lo que ahora se conoce como de campo.
Alonso García, conoció abusos de los jefes a sus subordinados, de arrestos a la ligera, de imposiciones y de los genios de sus mandos.
Le tocó cuando los agentes eran utilizados como guardaespaldas, cuando los mandaban a cuidar domicilios, y fue testigo de cómo sus compañeros eran utilizados hasta de albañiles.
Debido a su paso por la dependencia, fue miembro del grupo táctico de la Policía Municipal.
Manuel Alonso fue testigo directo de los abusos y excesos de los superiores a los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (SSPTM).
Luego fue el mero jefe de los policías, pero aún no le había caído el veinte.
Como encargado de la Secretaría de Seguridad Pública de San Andrés Cholula, se dio cuenta de otras carencias.
Y defendió a su gente a capa y espada.
Ahora le toca de nuevo Puebla.
Nos vemos cuando nos veamos.