Los tiempos electorales en la entidad se aceleraron y la sucesión en Casa Puebla es el tema obligado entre el círculo rojo.
Cada uno a su estilo y con sus posibilidades, pero hay cuando menos una docena de suspirantes haciendo campaña abierta.
Esa vieja práctica priista de esperar los tiempos es totalmente ineficaz y absurda.
La muestra la tenemos en las presidenciales, en donde solo los tricolores piensan que en seis meses les va a dar tiempo de recuperar la ventaja que hoy les lleva principalmente Andrés Manuel López Obrador, pero que también les sacan Margarita Zavala y Ricardo Anaya.
Ese mismo escenario traído a nuestra aldea, nos muestra a Martha Erika Alonso en una campaña por todo el estado, bajo el cobijo de la estructura morenovallista —aunque ella lo niegue—.
Todo indica que algunos otros aspirantes por fin entendieron que si no se sacuden la modorra política, perderían días y semanas vitales para sus aspiraciones.
No es casual ver ahora a Juan Carlos Lastiri, Alejandro Armenta, Jorge Estefan y a otros, moverse de manera inusual por todo lo largo y ancho del estado.
Es un hecho que el banderazo de la elección 2018 se dio en el primer minuto de este lunes, justo después de culminado el proceso del Edomex.
La próxima semana aparecerá en escena Luis Miguel Barbosa en un amplio carrusel de medios y seguramente Enrique Doger hará lo propio en estos mismos días.
Quienes se queden esperando los tiempos, vestirán santos mientras los hiperactivos suspirantes se convierten en los candidatos de sus respectivos partidos.
Por lo pronto, los que ya se tomaron en serio la carrera por Casa Puebla son Martha Erika, Lastiri y Armenta, más los que se acumulen la próxima semana.
La Franja, desahuciada
La crisis financiera y deportiva del Puebla parece no tener otro destino que el del descenso.
Ayer los nobles aficionados camoteros vieron cómo todos los equipos se reforzaban en el draft, excepto el suyo, que estuvo a punto de quedarse sin ninguna contratación.
Una serie de adeudos de la familia López Chargoy con la Federación Mexicana de Futbol y con varios jugadores provocó que el equipo no pudiera realizar ninguna transacción para fortalecer al equipo, que terminó último lugar de la tabla general.
Afortunadamente, de última hora pudieron comprar jugadores, pero estos no garantizan que revolucionen al club y lo alejen del descenso.
Es una pena que un conjunto con tanta tradición esté marcado por un negro destino por culpa de sus directivos.
La única forma de salvar al Puebla era con la venta. Lamentablemente, el equipo sigue en las mismas manos.
Pobre de mí Franja y pobre de nuestra noble afición.
Pero no todo son malas noticias, ya que Lobos sí se reforzó con muy buenas contrataciones.