Pasan los meses sin que puedan resolverse las dudas planteadas desde diversos espacios de opinión y periodísticos sobre la riqueza acumulada por personajes ligados al exgobernador Rafael Moreno Valle, aún aspirante a la candidatura presidencial por Acción Nacional.
Más aún crecen las certezas sobre jugosos negocios que florecieron al amparo del poder que trajo el primer periodo de alternancia en Puebla, luego de 80 años de hegemonía priista y que vio sus últimos días con la llegada de un régimen que encabezó el exmandatario, quien como candidato arengaba a no cerrar los ojos, pues “lo mejor está por venir”. Eso decía en su oferta de campaña, pues.
Fue así que surgieron los nombres de los nuevos ricos en Puebla que cambiaron estatus y forma de vida.
Con anterioridad se ha descrito la opulencia en la que se desenvuelve el coordinador de la bancada del Partido Acción Nacional, Jorge Aguilar Chedraui.
Como secretario de Salud en la primera etapa de la gestión de Moreno Valle propició el florecimiento de empresas que se beneficiaron de contratos millonarios desde el Sector Salud, como Industrias Aranza, detrás de la cual se encuentra su pariente, Eduardo Torres Chedraui.
Las acusaciones por los desvíos de dinero público, licitaciones amañadas para la compra de medicamentos y los servicios de mantenimiento y contratación de las firmas que deberían ofrecer el servicio de mantenimiento cobraron carta de naturalización en el pasado reciente.
No fue el único ni el último en la componenda. Está el nombre de Marcelo García Almaguer, el cancerbero de los intereses de este grupo y celoso guardián de los caprichos del exmandatario, casi neutralizado frente a la constitución del Frente Ciudadano por México, integrado por el PAN, PRD Y Movimiento Ciudadano.
Hurgar unos centímetros en el subsuelo del fangoso piso sobre el que hizo crecer su patrimonio permitirá un asomo a la conducta mafiosa de quien ahora encabeza la llamada #FuerzaDigital desde los tiempos de la elección para presidente municipal en 2014.
García Almaguer quien además de complotar contra la prensa insumisa que hacía pasar días agrios a Moreno Valle en medio del oprobio del poder absoluto, se permitió ser contratista y proveedor de la campaña aquella, con lo que pudo hacer crecer su patrimonio y desprestigio.
Testigos de la maniobra existen, están ahí y pronto comenzarán a divulgar la información sobre la conducta poco pudorosa de quien hoy se asume como coordinador de la agenda digital del gobierno en turno. Citar el caso de este y otros personajes es pertinente pues en la víspera del arranque de las campañas para 2018, parece frotarse las manos.
Al fin y al cabo la casa nunca pierde.