En cuestión de días o quizás semanas, Rodrigo Rodríguez Rojas, podría quedar a disposición de la Fiscalía General del Estado (FGE), luego de haber incurrido en una gran estafa o incluso podría ser blanco de una investigación por homicidio, con el fin de apoderarse de una propiedad denominada Finca San José, que se ubica en la zona El Oasis de Valsequillo.
El sujeto de marras, que llegó a la mencionada finca como jardinero, es ahora el propietario de este inmueble, sólo que lo consiguió a través de artimañas, donde estaría involucrada la notaria pública 17, a través de la gestora Leonides Margarita Herrera Contreras, además de una de sus hermanas que fue contratada como cocinera.
Lo ocurrido en el caso de estafa o fraude, así como otros delitos, es digna historia de una novela de policía.
José Esteban Vélez, el legítimo propietario de la Finca San José, falleció en circunstancias poco claras, el pasado 14 de noviembre del 2017, aunque se dice que pudo haber sido envenado.
Justo cuando este hombre falleció, el jardinero utilizó hojas en blanco y tinta para plasmar sus huellas y con éstas elaboró un documento que decía que Esteban Vélez le cedía toda la finca.
En la maniobra de apoderarse de las huellas dactilares de quien era sólo su patrón, Rodrigo contó con la ayuda de su hermana, a quien él mismo —el jardinero— metió a trabajar como cocinera, semanas antes de que José Esteban falleciera, le comento que por un presunto envenenamiento, quizás en la comida.
Con el documento falso y con la complicidad de la gestora de la Notaría Pública 17, Leonides Margarita Herrera Contreras, quien dijo que la cesión de derecho de propiedad era “legal”, el jardinero comenzó a armar sendos fraudes, ya que inició la venta de la finca y vendió el mismo inmueble en ocasiones.
El primer cliente del jardinero Rodrigo Rodríguez Rosas fue Miguel Mendieta Estandia, a quien mostrándole el documento de propiedad de marras, le vendió, a finales del año 2017, el inmueble denominado la Finca San José, recibiendo como anticipo la suma de 250 mil pesos, para que después recibiera los siguientes pagos.
Pese a que ya había vendido la finca, Rodríguez Rosas la ofreció por segunda vez, en esta ocasión a María del Carmen Hernández Espindola, a quien le pidió la suma de tres millones de pesos, aceptando, también como anticipo la suma de 600 mil y lo demás sería en pagos.
Los dos compradores al final se enteraron de que fueron víctimas de un fraude, ya que la propiedad nunca les fue entregada.
El jardinero que se vaciló a la prensa
Resulta que el 9 de enero los familiares de José Esteban Vélez, decidieron recuperar la propiedad y llegaron acompañados de la fuerza pública, pero Rodríguez Rojas urdió otro plan para seguir burlando a la justicia y para esto se valió de la falsa información que les dio a reporteros de medios de comunicación.
No les dijo que lo iban a sacar de una propiedad que no le pertenecía, sino que quienes le reclamaron sus estafas eran “ladrones” que querían asaltar la finca y que habían secuestrado a su sobrino Alán, de 8 años de edad.
Su mentira y el apoyo de los reporteros evitaron que fuera puesta al descubierto la serie de delitos que el jardinero había perpetrado para quedarse con la propiedad de su patrón.
Toda esta sarta de mentiras ya es del conocimiento de la Fiscalía General del Estado (FGE), es sólo tiempo para que el jardinero aprovechado sea llamado a cuentas.
Los vecinos de la zona donde se encuentra la propiedad en cuestión, tienen temor de que este jardinero siga defraudando y se han unido a la solicitud de que sea desalojado de inmediato para que no siga generando más problemas.
Nos vemos cuando nos veamos.