Estar o no estar en los primeros lugares de la lista de aspirantes al Senado de la República por la vía plurinominal dependerá para Rafael Moreno Valle de un conjunto de factores que escapan a la propia agenda del ex mandatario que consiguió colocar como abandera en Puebla a Martha Erika Alonso Hidalgo.
La develación de esa circunstancia se sabrá el próximo viernes por la noche, una vez que hayan terminado los trabajos de la Comisión Permanente del CEN del Partido Acción Nacional, que forma parte de las estructuras que controla Ricardo Anaya Cortés, el candidato presidencial.
Los primeros lugares disponibles se reducen a cinco, antes de la décima posición, lo que en buenos términos, anula la probabilidad de que quien vaya en ese lugar consiga colarse a un escaño senatorial pues las reglas establecidas así lo dictan y son inquebrantables.
Y es que las condiciones para quien aspire a ser senador sin pelear los votos en tierra, haciendo campaña, deberá ceñirse a la práctica que ahora es norma en la vida partidaria: la equidad de género en el establecimiento de posiciones de distinta índole.
De acuerdo con este criterio de paridad, la Comisión Permanente estableció que los números nones en la lista de aspirantes plurinominales serán para las mujeres. Los pares estarán reservados para hombres, y varios en la lista de espera.
El consorte de la aspirante a gobernar el estado de Puebla bajo las siglas de la mega coalición Por Puebla al Frente deberá ser incluido entre el 2, 4, 6 u 8 aunque parece tarea difícil pues en la misma puja están Santiago Creel, el consejero de cabecera de Anaya; el coordinador de la bancada en San Lázaro, Marko Cortés; y Gustavo Madero, el ex dirigente nacional panista.
Sólo si existe un acuerdo suficientemente sólido entre Ricardo Anaya y Moreno Valle se podrá determinar qué posición alcanzará en la codiciada lista plurinominal antes del número diez; o de lo contrario, el poblano que gobernó el estado de 2011 a 2017 estará destinado literalmente a jugar bajo condiciones de desventaja, incluso a no entrar.
Si la Comisión Permanente le da con un portazo en la nariz el viernes de esta semana deberá pelear los votos necesarios en el Consejo Nacional el sábado. Ambos órganos de gobierno están bajo la tutela de Anaya Cortés y su grupo político, así que el futuro del ex gobernador es improbable.
Si el acuerdo es suficientemente consistente, estará en donde debe para volver a la vida senatorial. Caso contrario, deberá conformarse con atender la casa si es que su esposa consigue las llaves de Casa Puebla, para lo cual deberá vencer a Luis Miguel Barbosa, de Morena o a Enrique Doger, del PRI.
Más vale que aparten sus asientos, el aspecto en el espectro azul se va a poner turbulento. Nada está escrito.