El perfil del director de la Fiscalía de Secuestros y Delitos Alto Impacto, Fernando Rosales Solís, ejecutor de la tarea de espionaje contra periodistas incómodos llama la atención desde que asumió el cargo, encomendado por el Víctor Carrancá Bourget, titular de la Fiscalía General y custodio de los intereses del grupo que lidera Rafael Moreno Valle, candidato al Senado por la vía plurinominal.
Conocido por sus excesos en la propia dependencia del bulevar 5 de Mayo y 31 Oriente, como el *G.I. Joe, la popular película de ciencia ficción estrenada desde 2009, había ofrecido resultados aceptables en esa responsabilidad hasta que comenzó a distraer, por el cambio de prioridades.
Una prenda que ilustra el resultado del relajamiento de la tarea encomendada a este policía investigador poblano, remedo del *G.I. Joe local es la aceptación de la existencia este año de tres plagios en el municipio de Teziutlán, según el propio edil Antonio Vázquez Hernández, más los otros seis ocurridos desde 2014.
Nadie ignora en la FGE la prosperidad en la que ahora se desempeña Rosales Solís, converso a empresario hotelero, poseedor de uno de los jardines de fiestas más populares en el municipio de San Andrés Cholula. Es un mito urbano, pero la maledicencia socava esa autoridad.
Administrador único y discrecional del millonario fondo que la Fiscalía General de Puebla dispone para el pago de informantes y soplones, el hombre que decidió colocar su principal atención en otros objetivos colocó a Puebla en el centro de la atención de los mecanismos interinstitucionales para combatir delitos de gran calado.
Una opinión poco favorable respecto de la tarea de la temible FISDAI se escuchó en la última sesión de trabajo llevada en el Batallón de Guardias Presidenciales en la Ciudad de México, hace unas semanas. Nada de esa opinión poco amable trascendió a los medios adictos al titular de la FGE, convenientemente.
Carrancá Bourget se apoya en este personaje, como también utiliza al Oficial Mayor, Roberto García Velarde, jefe de Nahur Hernández Santaella, el principal señalado del robo por más de ocho millones de pesos de la bóveda de bienes asegurados el año pasado.
Sometidos a enorme presión por el escándalo que los puso en el plano nacional, ayer lunes efectuaron un cateo en el domicilio del imputado para tratar de encontrar una montonera de dinero mal habido. Luego de ocho horas de búsqueda frenética, los agentes bajo el mando de Rosales Solís se fueron con las manos vacías.
El desprestigio del Fiscal General de Puebla y sus subalternos es, a estas alturas, proverbial. ¿Cuánto tiempo más se va a sostener a ese cargo, como clavo ardiente?
Moreno Valle, su contratante tiene la última palabra.