O el fármaco llamado AMLOdipino para tratar enfermedades como estrés, presión arterial y coronarias surtió efecto o el abanderado presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador sabe que trae en la bolsa el triunfo en esta, que es la tercera campaña que está por comenzar para llegar a Los Pinos.
El talante con el que salió después de dos horas de reunión privada con empresarios poblanos en el hotel Crown Plaza lo selló con un beso que le plantó en la mejilla a una reportera de entre un tumulto de informadores que tiraron con todo, durante media hora.
“Ya hablé mucho”, dijo el abanderado de Morena, dueño de una sonrisa que traslucía el resultado de una encerrona para la que se habían dispuesto 300 lugares y a la que llegaron casi 500 hombres de negocios.
“Bufalada le decían en el PRI”, definió uno de los asistentes al encuentro cuando se le pidió una opinión sobre esa reunión que había atraído los reflectores pues se trata de un sector de suyo, colocado en el extremo opuesto de la tesis económica en el proyecto del candidato López Obrador.
Ante los medios respondió todas las preguntas, hasta la idea de que el ex gobernador Rafael Moreno Valle haya colocado como candidata a su esposa Martha Erika Alonso. “Con todo respeto para la señora es un exceso, los poblanos no van a votar por ella y por eso ni siquiera lo mencioné”, atajó sin dejar de sonreír.
Condenó la inseguridad que vive Puebla y el país. Cauto, condenó el homicidio del aspirante a edil de Santa Clara Ocoyucan, Aarón Varela Martínez, aún sin esclarecer, pero evitó cuestionar frontalmente la administración de Antonio Gali Fayad.
Lejos de la estridencia de otros años cuando descalificaba todo lo que estuviera en el ámbito del status quo, dentro de un sobrio traje oscuro, corbata roja y hasta con el cabello ordenado, volvió a lanzar una flor al habitante de Los Pinos cuando reconoció al “presidente Peña” su compromiso por no inmiscuirse en la campaña.
Ya entrado en gastos, habló del pleito cupular PRI-PAN y la acusación de lavado de dinero en contra del candidato Ricardo Anaya Cortés. “Los estoy convocando a que se porten bien porque cuando pelean las mafias, ¡ay nanita¡”.
Sorprendió la presencia de la empresaria Bertha Richards, madre de un filomorenovallista como Luis Tffaine; Maclovio Hernández, el constructor consentido de Mario Marín; Coral Cañedo, empresaria radiofónica; Rubén Contreras o Emilio Maurer; Jaime García Calderón y Francisco Zorrila.
Nadie pudo ver a Gilberto Marín Quintero, ex propietario de Mabesa y concuño del panista Francisco Fraile García; o Rafael Posada, del Grupo Proyecta.