El deterioro de la política en tiempo de elecciones puede alcanzar niveles insospechados. La perversión de quienes tejen alianzas detrás de la estrategia para alcanzar o conservar cotos de poder a menudo rebaza la capacidad de asombro de ciudadanos de a pie, integrantes todos de una sociedad encolerizada frente a la frivolidad de la clase gobernante.
No es el caso de Napoleón Gómez Urrutia, Nestora Salgado o Elba Esther Gordillo, las fichas que el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador reclutó en la tercera contienda por la presidencia luego de haber competido en 2006 y 2012, sino de casos más terrenales, accesibles al común de la sociedad poblana.
Impresentable frente al gremio del notariado, suspendido por medio año por tramposo y advertido del retiro de la patente, Alejandro Romero Carreto pasó de ser todo lo anterior, a flamante candidato a gobernador por un partido tan corrompido como indeseable como Nueva Alianza, la creatura de Gordillo Morales y plataforma de Rafael Moreno Valle.
Del notario suspendido el autor de la Parabólica dedicó tres entregas entre abril y mayo de 2017, que fueron publicadas en los sitios parabólica.mx; intoleranciadiario.com y e-consulta.com bajos los títulos Van contra ilegalidades del gremio notarial (http://parabolica.mx/2017/columnas/parabolica/item/1327-van-contra-ilegalidades-en-el-gremio-notarial); Los bandidos visten de notarios (http://intoleranciadiario.com/detalleOpinion/6873/parabolica/los-bandidos-visten-como-notarios); y Cayó el primer notario en Puebla (http://www.e-consulta.com/opinion/2017-04-20/cayo-el-primero-notario-en-puebla).
Romero Carreto no es como el dirigente minero que se quedó con las utilidades millonarias de los trabajadores de firmas transnacionales; tampoco es dirigente de una organización acusado de secuestro; o el líder magisterial dispuesto a perpetuarse en el poder: es peor, pues por años traicionó su obligación como fedatario y la confianza que en él depositó el Estado.
La notaría número 5 de la cual es aún titular, a menos que en las últimas horas haya renunciado merced de su condición de candidato a gobernador, llegó al extremo de encubrir a potenciales ladrones dispuestos a despojar de sus bienes a modestos propietarios de inmuebles de rango menor.
El testimonio compartido al autor de esta columna de Santiago Rosas Herrera, cuyo domicilio se ubica en la Diagonal 9 Norte número 6207 en la colonia 20 de noviembre no deja lugar a dudas. Hace casi un año encontró que su propiedad en Cholula estaba en venta y que las notificaciones ya existían en el Registro Público, de las que teóricamente firmó… Sin saberlo.
La rúbrica del propietario original había sido falsificada y Rosas Herrera engañado por un abogado de nula reputación coludido con una hermana de nombre Obdulia, ambiciosa y sin escrúpulos. El triángulo del mal estaba cerrado por sus tres ángulos: un abogado mañoso, una hermana con ambición desmedida y una notaría con un titular al frente con una reiterada conducta ilegal.
¿Era el único prospecto para competir en una campaña que de suyo despierta sospecha?
¿Cuál será la oferta política? ¿Qué tipo de gobierno ofrecerá? ¿De verdad serán parte de su discurso como candidato corrupción e impunidad? ¿Cuestionará abusos y corruptelas del sexenio de Moreno Valle? ¿La oferta educativa cuál será? ¿Incluirá ética y civismo?
Cuando los maestros que trabajaron para realizar las asambleas que permitieron la creación de Nueva Alianza se habían llamado a desgano cuando Moreno Valle les impuso a dos figurines como presidentes del partido de los maestros a Cabalán Macari y Gerardo Islas Maldonado, ahora deberán hacer tarea política para este notario de triste memoria.