Preocupado como está en mantener viable su proyecto futuro, el titular de la Fiscalía General de Puebla, Víctor Carrancá Bourget opera a través del titular de la Fiscalía de Secuestros y Delitos de Alto Impacto, (FISDAI), Fernando Rosales Solís para “colgar” a periodistas insumisos o funcionarios incómodos.

Mientras se acerca el proceso electoral para el que mantiene encendidas dos veladoras en la candidatura al gobierno del estado de Por Puebla al Frente, con Martha Erika Alonso; y en la presidencial, con Andrés Manuel López Obrador a través de René Bejarano, el operador del tabasqueño que fue exhibido en un video recibiendo dinero del empresario Carlos Ahumada en 2004, desde la oficina del tercer piso del edificio central trama y complota... Hasta contra sus propios subalternos.

Como el nuevo blanco colocó al Fiscal de Zona, Arturo Martínez Bermúdez, un funcionario vinculado con los operativos que ha efectuado la Marina Armada de México, pues en su área de influencia están municipios marcados por la actividad de los grupos de delincuencia organizada como Tehuacán, Ciudad Serdán, Guadalupe Victoria y Tecamachalco.

Para saber sobre movimientos y ligas de este Fiscal, Fernando Rosales Solís maneja un “nido” que la propia FISDAI paga con una partida secreta que discrecionalmente se utiliza para el pago de informantes u orejas, pero no es la única, pues Rey Roberto Rosales, su hermano tiene acceso a información del área de inteligencia del C-5.

El problema para el desempeño de la dependencia responsable de encontrar y castigar a los responsables de cientos de delitos, es que la rivalidad de los grupos en el interior siembra encono y desconfianza desde que la confianza de la Marina Armada de México y del gobernador descansa en el Fiscal Metropolitano, Gerardo Huerta Yedra.

Martínez Bermúdez se convirtió en un aliado en la tarea de investigación y coordinación con las fuerzas federales para combatir a los grupos de delincuencia organizada que disputan la plaza en Puebla.

La información en manos del autor de la Parabólica indica que en la lógica de la disputa en el interior de la Fiscalía General del Estado no sólo está en juego el poder, sino algo de mayores proporciones y que la conducta de Carrancá Bourget y de Rosales Solís aplica aquello de que cuando la perra es brava, hasta los de casa muerde.

Mañana, la trama completa de cómo es que el Fiscal General del Estado también hace política electoral.