Las campañas políticas subieron de tono este fin de semana. Las descalificaciones escalaron hasta alcanzar a parientes políticos como es el caso de Martha Erika Alonso, candidata de Por Puebla al Frente y a Fernando Manzanilla Prieto, de Juntos Haremos Historia. Ambos contrajeron nupcias con un Moreno Valle.

El fin de semana atribuyeron al cuñado del ex gobernador Rafael Moreno Valle la distribución de propaganda en contra de la abanderada a Casa Puebla, una estrategia para la que se pudo haberse prestado Karina Romero Alcalá, la candidata a diputada federal del PRI en el distrito XII por el que también compite Manzanilla Prieto.

Este lunes quedó claro que la distinción de los panfletos que condenan la candidatura de la esposa del ex mandatario como un proyecto reeleccionista fue en realidad de una agrupación denominada Movimiento Antirreleccionista Poblano, que encabeza el abogado Manuel Carmona y de ello se puede leer en su sitio http://movimientoantirreeleccionistapoblano.org/2018/05/07/distribucion-de-informacion-durante-5-de-mayo/.

Pero nada de ello valió. El presidente del PAN, Jesús Giles Carmona decidió que era un buen momento para denunciar a Manzanilla Prieto por el presunto delito de violencia política de género, por haber distribuido la panfletera estrategia.

Todavía hace algunas semanas algunos políticos del PRI y del PAN veían al cuñado de Moreno Valle como el infiltrado en el Movimiento de Regeneración Nacional, aun cuando ambos habían dado muestras de no poder verse ni en pintura.

La fama del exmandatario para infiltrar, cooptar o coartar movimientos disidentes es abundante. Lo sabe en el Partido Revolucionario Institucional, Acción Nacional y en el de la Revolución Democrática. La gente vinculada al grupo en el poder en esos partidos manda e impone.

Así que la hipótesis podría haber tenido sustento... Hasta este fin de semana que estalló la guerra en el seno de la familia Moreno Valle.

“No es parte de mi familia”, resolvió ayer la candidata Alonso Hidalgo al hablar de la distribución de propaganda en el desfile conmemorativo de la Batalla de Puebla, presuntamente a cargo de quien casó con la hermana de su marido, su cuñada.

El desenlace de este nuevo capítulo de la guerra por el poder está lejos de conocerse. Serán las autoridades electorales las que decidan, con un pronóstico anticipado merced de los vínculos de algunos de sus integrantes con los operadores del morenovallismo.

Lo único que sí está claro es que Manzanilla Prieto no es el infiltrado en Morena y que la relación familiar de éste con el exmandatario está rota y que a las comidas de la familia Moreno Valle de los domingos por el rumbo de las Lomas de Chapultepec, en la Ciudad de México ni se va a aparecer. Eso es seguro.