Del caso de los policías detenidos en San Martín Texmelucan, sus familiares aseguran irregularidades en las investigaciones y que si hay un verdadero y directo responsable son las autoridades administrativas del municipio y de otros altos mandos. 

Le presentó la carta:

“Uno de los asuntos más sonados en los últimos días, se refiere al tema de los policías (o pseudopolicias), -si así se prefiere- de San Martín Texmelucan y su irregular estancia en la corporación policíaca, pero eso en sí, no es la importancia del tema, sino, la forma de su detención, su sometimiento al proceso y la privación de su libertad”.

“Ninguno de ellos, fue detenido en flagrante delito, ninguno realizaba actividades de seguridad pública en esos momentos, algunos inclusive, no tenían puesto siquiera el uniforme, sin embargo, la orden del gobernador, era detenerlos y el delito, es lo de menos, ya sabemos como se las gasta la Fiscalía del Estado, para hacer sus famosos chalecos”.

“Lo penoso del asunto es que, sin existir flagrancia, todos los jueces de control sin excepción, estuvieron alineados y calificaron de legal las detenciones, sin miramiento alguno, les decretaron a los policías, prisión preventiva justificada y evidentemente, su auto de vinculación a proceso, la razón, que supuestamente no contaban con la clave única y como consecuencia de ello, estaban incurriendo en el delito de usurpación de funciones públicas, sin tomar en consideración que los trámites administrativos de las “altas” de los policías, no es obligación de ellos, sino de la autoridad administrativa”.

“Muchos de éstos policías, tenían un nombramiento otorgado por el Presidente municipal, tenían gafetes, el Ayuntamiento, los proveyó de uniformes, cobraban un salario nominal, casi todos, ignoraban que había trámites administrativos que hacer, sin embargo, al señor Fiscal General del Estado, se le olvida que, desde hace algunos años, tuvo entre sus filas a Agentes Ministeriales, Agentes del Ministerio público y más aún, a un fiscal de apellido “Proal” que no pasaron los exámenes de control de confianza y ahí estaban desempeñando cargos públicos y cobrando sus salarios de manera normal, algunos permanecieron más de 2 años, hasta que nuevamente les hicieron sus exámenes de control de confianza, acaso, lo anterior, ¿no es usurpación de funciones públicas?, y por supuesto que tanto el fiscal, como los Directores de las diferentes áreas de la Fiscalía tenían perfecto conocimiento de lo que estaba sucediendo”.

“¿Pero a ellos, quien los denuncia?, ¿Quién les integraría una carpeta de investigación?, ¿Quién los llevaría a Juicio?, ¿Acaso lo justo, no sería que le hicieran compañía a los policías, por hechos similares?”

“Que lamentable que los Jueces de Control, hayan admitido una componenda, alinearse, celebrando la audiencia inicial con los objetivos del fiscal, que lástima que hayan decidido “vincular” a personas inocentes, como si eso fuera ganar y como si eso fuera terminar con el crimen organizado, regresando al viejo sistema de “detener para investigar” y no a la inversa, que es la obligación de la autoridad”. 

“¿Cómo se les puede llamar a esos Jueces? Como quieran, pero nunca juez, porque ser Juez es una profesión de personas nobles, íntegras, leales, honradas y en éste asunto… sólo ellos saben que sucedió (sic)”.

(Hasta aquí la carta).

Nos vemos cuando nos veamos.