A dos días de la veda electoral, Ángel Morales Ugalde, el hombre que el pasado 17 de mayo fue presuntamente secuestrado por sujetos desconocidos, cuando regresaba de dejar a sus hijos a la escuela, apareció como por arte de magia.

El reporte de la Fiscalía General del Estado (FGE), fue de primera mano, dijeron que había aparecido sano y salvo, citando que “sin pagar rescate”.

De los trascendidos que existen con la aparición de este hombre es que desde la semana pasada estuvo internado en un hospital de la Ciudad de México, y que actualmente está internado en un hospital de Puebla, porque pasa en un severo caso de desnutrición.

De su secuestro nada se ha dicho.

Se sabía por versiones del mismo Fiscal General del Estado, Víctor Carranca Bourget, que había sido plagiado por sujetos que exigían una fuerte suma de dinero.

De manera extraoficial se sabe que quienes se lo llevaron pedían un rescate de 10 millones de pesos, aunque la Fiscalía dice que no se pagó nada.

Del candidato independiente no se sabe qué le pasó, sólo que apareció dos días antes de que se cierren las campañas electorales. 

En otras palabras, que hoy es su último día de campaña y tiene que abordar de manera precisa el tema de la inseguridad.

De su secuestro.

De su hermano.

Hay quienes piensan que su desaparición pudo haber sido estratégica.

Para evitar las preguntas y sólo concentrarse en las elecciones, en los que ofrecieron su firma para que fuera candidato independiente, y en los que podrían ofrecer sus votos para nombrarlo ganador.

Sin preguntas.

Otros piensan que Jacobo Román, el candidato del PSI a la presidencia municipal, tuvo algo que ver.

Otros lo conocen como el de Cuacnopalan, de amigos incómodos.

La verdad la tiene Ángel Morales Ugalde. 

Nos vemos cuando nos veamos.