Tres son los escenarios que circundan en círculos de poder cercanos al poderoso grupo del ex mandatario Rafael Moreno Valle a unas horas de la elección del domingo 1 de julio.
La probabilidad de una derrota en las urnas no es asunto que deba ser soslayado. Sabido es que del triunfo o la pérdida del poder a partir del juicio de las urnas dependerá no sólo la viabilidad y permanencia de la clase política en la escena, sino la libertad del jefe máximo.
La otra tesitura es la de los números. Puebla como un botín para quien consiga el triunfo. La bolsa sexenal es envidiable con no menos de 420 mil millones de pesos. Una danza de cifras alegres que asombra y subyuga. Es fuente inagotable de recursos para los actores en pugna.
Por eso, la peor de las opciones posibles es la de incendiar la elección. Llevar al extremo del estallido un proceso decisorio ciudadanizado. Tirarse a matar.
Reventar la jornada del domingo se ha convertido en una opción, incluso a riesgo de que la reposición de todo el proceso tenga nuevos competidores, ya sin Martha Erika Alonso por el Partido Acción Nacional y Luis Miguel Barbosa, por Morena en la escena.
Algo deben saber en el war room de la oposición que ya adelantaron la presencia de grupos de choque traídos desde otros estados del país. Así ha sido en otros episodios análogos y esta no tendría por qué ser la excepción.
La tensión crece pues no es poco probable que haya episodios de violencia como ha sucedido en el pasado.
La entrega de esta Parabólica en la víspera se recordó un expediente condenable: La muerte sin castigo del académico Samuel Malpica; el ejecutado en Libres en 2015; o los retenidos en Teziutlán ese mismo año pintan un proceso igualmente convulso.
Más conviene que la tentación de entorpecer un episodio que pertenece a los ciudadanos se mantenga sólo como el impulso calenturiento del poderoso. No sólo el juicio de la historia le tiene reservado un lugar de bochorno y de oprobio.
El presidente electo, que no será más aliado del Moreno Valle no será más su aliado y tampoco tapadera. Que no le rasque las talegas al tigre porque el clima no está para tirar de más.
Hay formas decorosas para el retiro que honran, es preciso que lo sepan.