A los habitantes del municipio de Acatzingo no les hizo justicia La Cuarta Transformación, sino todo lo contrario.
En los pocos días que lleva de vida la administración de José Norberto Rosales García, como presidente municipal de este municipio, emanado del Partido Morena, la delincuencia se incrementó a tal grado que ahora existe toque de queda para evitar que la población sea víctima de algún delito grave.
La inseguridad es a tal grado que ni el mismo presidente municipal se siente a salvo.
Como lo lee.
Don José Norberto sólo llega a sus oficinas unas horas el martes y otras el jueves, y a veces ni va.
El pretexto que el alcalde esgrime es que no puede trabajar, porque no tiene recursos.
Y con esto se pasa por “el arco del triunfo” todas las promesas de combatir la inseguridad que les hizo a los habitantes del municipio, que forma parte del Triángulo Rojo, donde se centra el punto principal de robo de hidrocarburos.
Y entonces, los únicos beneficiados de su llegada son los del crimen organizado.
Es en este municipio donde la banda de Jalil Cano Parra, “El Mamer”, originario de Martínez de la Torre Veracruz, por quien el Gobierno de ese Estado ofrece una recompensa de un millón de pesos para quien denuncie su ubicación, donde se encuentra su principal punto de operaciones.
“El Mamer”, Juan Antonio González Martínez “El Barbas”, originario de Tierra Blanca Veracruz y Cándido Moreno Cristóbal, originario de Felipe Ángeles, apodado “El Rayo”, son materialmente los dueños de Acatzingo, mientras que su presidente despacha cuando quiere.
Por cierto, este personaje, el presidente municipal, no siquiera ha presentado sus estrategias de seguridad.
Un crimen bajo un velo de misterio
Se llamaba María Cruz Millán Motolinía, tenía 36 años de edad, era empresaria, la mujer que fue ejecutada con disparos de armas de fuego automáticas y de asalto, en la Recta a Cholula.
La mujer además de ser arquitecta y de tener tres hijos, se encontraba al frente de una empresa constructora. Sobre su asesinato existen muchas dudas de cuál pudo haber sido el motivo.
Asalto no fue, llevaba cerca de 40 mil pesos que no le quitaron. Pasional tampoco sería.
La mujer empresaria pudo haber sido víctima de una extorsión que no pago. También pudo haber sido asesinada al azar, como para seguir desestabilizando a la ciudad.
El fiscal a cargo no tarda en decir que ya están ubicados los homicidas. Ese es su estilo, la mentira.
Nos vemos cuando nos veamos