Justo cuando parecía que en Puebla la designación del gobernador interino quedaría en manos de Almeida o Biestro, la realidad es que no hay nada para nadie.

Las posibilidades de que sea un personaje de extracción perredista como Almeida, con claras muestras de ser un aliado del morenovallismo antes que cerrar filas con el PAN lo convirtieron en un sujeto no confiable, sobre todo por sus latentes preferencias en favor del grupo morenovallista.

Una cosa es la cortesía política para el grupo que ostentaba el poder y otra que le vayan a dar las llaves del estado para que perfilen y respalden una candidatura azul.

Y por otro lado Biestro, cuyas opciones son forzadas, partiendo de la base de una posible deserción de seis de los 21 diputados de la coalición, quienes de plano se manifestaron en favor de un tipo ajeno a Biestro y a Barbosa.

Para quienes entienden del tema es claro que los supuestos disidentes están mucho más cercanos a los proyectos de Alejandro Armenta que a los del equipo de Biestro y Barbosa.

Así las cosas, es más que evidente que no hay nada para nadie en Puebla.

La señal no ha llegado y lo peor del caso es que corren los días y no se ve cuando vaya a llegar.

Así las cosas, hoy surge la posibilidad para que el nuevo ejecutivo sea un gobernador interino con un marcado interés en generar una gran plataforma.

El que se equivoquen y que estén en edad de todos.

José Juan Espinosa, una momia de Guanajuato

Los excesos de José Juan Espinosa Torres en el Congreso del Estado estaban siendo tolerados por el Partido del Trabajo, aunque hay que decir que a principios de noviembre del año pasado llegó un golpe de timón en la persona de Mariano Hernández Reyes, integrante de la Comisión Política del Estado de Puebla, quién decidió reconvenirlo, ya que se estaba causando un serio conflicto con la entonces gobernadora electa Martha Erika Alonso.

Desde ese momento se dijo que desde el nacional había una seria intención de quitarlo de la coordinación en el Congreso local.

Fue así como Espinosa Torres se vio envuelto en dos problemas generados principalmente por su soberbia: primero la toma de la máxima tribuna del estado, y posteriormente la trifulca al terminar una Junta de Coordinación Política.

Sin embargo, en su incontrolable afán protagónico, inició una embestida en contra de la mayoría de sus compañeros Juntos Haremos Historia, pensando que sería protegido por los diputados de Por Puebla al Frente. Para su mala fortuna, no midió que todas las decisiones políticas en Puebla, está en la mira nacional.

No hay que perder de vista que este legislador forma parte de la bancada del Partido del Trabajo y que por lo tanto, a nivel nacional le pidieron a su dirigencia que llegara a Puebla a poner de manera urgente orden.

Y lo peor para JJ es que no esperaba que esta corrección se hiciera pública.

Ayer, durante una inesperada rueda de prensa, hablaron el delegado del CEN del PT Ernesto Villarreal Cantú, la diputada federal Lizeth Sánchez García, Nancy de la Sierra y Zeferino Martínez, con el fin de fijar una postura oficial, y en donde Espinosa Torres era un simple y triste espectador.

Bajo la lógica de una rueda de prensa, JJ tuvo que responder preguntas dirigidas hacia él, aunque la línea lo obligaba a no ser el protagonista.

Cuando se le preguntó a Lizeth Sánchez si apoyarían a Gabriel Biestro, a quien Espinosa Torres ha descalificado, ante la mirada atónita del legislador se dijo que si los diputados lo deciden se dará el respaldo.

Espinosa Torres no tuvo más que bajar la mirada sabiendo que hay un mensaje nacional para que deje de dividir a la coalición.

Ninguno de sus ahora aliados estaba cerca para defenderlo, peor aún, ninguno de ellos hizo un solo comentario para defenderlo.

Está claro que JJ está más frío que una momia guanajuatense.