Salvo algún ajuste menor, los tiempos políticos de Puebla están prácticamente definidos.
Esta semana, el Congreso del Estado emitirá la convocatoria para la elección extraordinaria, en la que los poblanos decidirán quién va a ser su gobernador durante 5 años y medio.
De acuerdo a este documento, la cuenta regresiva empieza su descuento, hasta llegar a la hora cero, que será la de las 8 de la mañana del domingo 2 de junio cuando se abran las casillas en todo el estado.
Con el 2 de junio de base, tenemos que la campaña iniciará oficialmente el primer día de abril, lo cual implica que será entre febrero y marzo cuando los partidos políticos realicen sus procesos internos de selección de candidatos.
Seguramente, cada partido o coalición, tendrán definido a su abanderado a más tardar la primera semana de marzo, para preparar sus respectivos registros y estrategias de campaña.
Es decir, que será un mes de guerras intestinas en cada una de más fuerzas políticas, principalmente en Morena, en donde sienten que tienen la gubernatura ganada.
Y aunque la líder nacional del partido lopezobradorista Yeidckol Polevnsky asegura que será Luis Miguel Barbosa, la realidad es que se trata de una nueva elección, por lo que una decisión fuera de sus estatutos, puede provocar la revocación de esa candidatura.
Aunque sea simulada, la definición del candidato debe cubrir los requisitos estatutarios de Morena, lo que abriría la participación de los dos senadores poblanos, léase Alejandro Armenta y Nancy de la Sierra.
Lo mismo sucederá en el PAN y sus posibles aliados, en donde el tiempo correrá a toda velocidad para encontrar un candidato competitivo, en medio de la crisis existencial más severa de su historia. Extrañamente, es difícil descubrir el nombre de quien será el elegido del blanquiazul, aunque de entrada, el más visible es Eduardo Rivera.
Del PRI es difícil entenderlo, pero aunque usted no lo crea, hay cuando menos seis que quieren esa posición.
Se habla de que en esa lista están Enrique Doger, Blanca Alcalá, Javier López Zavala, Alberto Jiménez Merino, Ricardo Urzúa, Pepe Chedraui y uno que otro despistado.
¿Para qué? Sólo ellos lo saben.
Regresando al manejo de los tiempos, la campaña tendrá 60 días de duración entre abril y mayo, con la salvedad de que se les atravesarán la Semana Santa y la de Pascua en abril, lo cual limitará aún más los días de proselitismo político.
Con la celebración de la elección el domingo 2 de junio, se destinarán dos meses para la transición y para resolver cualquier impugnación ante los tribunales electorales.
De esta forma, el primer día de agosto, veremos a Guillermo Pacheco Pulido entregar el poder a quien los poblanos —con su voto— le entreguen esa responsabilidad.
Así las cosas, la actual administración interina, contará con seis meses y once días, de los que ya se fue la primera semana.
Con estos tiempos fugaces, es como Puebla vivirá los próximos seis meses, los cuales se irán en un suspiro.
En sus marcas...