El dirigente sindical que mejores utilidades tiene desde que asumió la ‘noble’ tarea de representar los intereses de sus agremiados se llama Ricardo Ordaz Pérez. La semana previa se publicó el más reciente caso de acoso y abuso en contra de una trabajadora del Colegio de Bachilleres, que sus seguidores se encargaron de desestimar, aunque existe prueba documental de ello.

Llegó a esa responsabilidad de la mano de Rafael Moreno Valle, el ex gobernador que nada hizo por desmontar el aparato que permitió al viejo régimen mantener y alentar los casos de corrupción e impunidad y que consolidó a un grupo cleptocrático que todos conocemos.

La mejor prueba de los niveles de abuso del cargo descansa en un conjunto de pruebas a la mano. Sólo en el último trimestre de 2018 se habrá embolsado 361 mil 701 pesos, con algunos centavos más. En la suma de los números, lo demás es acaso como la propina de quien deja alguien en una mesa después de un rato de tragos.

En poder del columnista hay 48 copias de las pólizas de cheques por diversos montos que salieron de las cuentas 134866479, 452861240 de BBVA Bancomer a nombre de diversos trabajadores del Colegio de Bachilleres y que el propio secretario general del Sindicato de Trabajadores del Cobaep se encargó de cobrar personalmente, para lo que se identificó con la credencial del Instituto Federal Electoral número 1017030389394.

Cobros
Cobros

De los 48 cheques que salieron de la cuenta institucional que posee el Cobaep la mayoría fueron cobrados en la sucursal de Bancomer número 511, aunque también se valió de una adicional, cuyo número de registro 3749, ambos de la capital del estado.

Aunque los documentos bancarios fueron emitidos en la segunda quincena de noviembre del año pasado, las pólizas fueron cobradas entre el 3, 11 y 13 de diciembre de 2018, según se puede observar por los sellos que fueron estampados en los documentos del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria Bancomer.

Este es el esquema con el que ha trabajado un modelo de corrupción con dinero público desde hace tres años. A los largo de los 36 meses le habrá permitido cobrar más de 4 millones 320 mil pesos, sin sumar los centavos que incrementan los números redondos.

Ordaz Pérez es el modelo más acabado del sindicalismo charro que lejos de velar por los intereses de los trabajadores, lucra; su presencia en la vida del Colegio de Bachilleres constituye un auténtico impedimento para el saneamiento de un modelo educativo cada vez menos competitivo; su lucha no es además, el ideal del trabajador que representa los intereses de los docentes.

Para poder cobrar esos cheques se ha valido de Francis Reverina Mandujano Radilla, con la credencial para votar 1199099521308; Francisco López Juárez, con credencial para votar número 1332031784334; José Erick Romero Betancourt, con credencial para votar número 0997129450234; también está Anabel Vera Acevedo, que se identifica con la credencial para votar número 1560096770459.

Entre los personajes de los que se vale para el cobro de estos recursos también están Mario Ramírez Hernández, con credencial para votar con clave de elector RMHRMR55090112H300; Gergina Jiménez de Ita, con credencial para votar con fotografía número 0121088871947; y finalmente, José Sergio David Rosas Serrano, con la credencial para votar con fotografía número 0121031841279.

El nombre del dirigente sindical del Cobaep acumula un número inocultable de ilegalidades. Desde la coacción del voto y la intimidación hasta la desviación de dinero público y cuotas sindicales. Los aspirantes a la candidatura al gobierno del estado en la elección extraordinaria deberán tomar nota porque el caso de Ordaz Pérez deberá ser estandarte de campaña y su imagen, la campaña negra que ningún partido o candidato necesita por su alta toxicidad.