Hace un año, al inicio de la temporada de Fórmula 1, la empresa Liberty Media, nueva dueña de los derechos de transmisión de la llamada máxima categoría del automovilismo, anunció que se prescindiría de la participación de las grid girls, decisión que prevalece durante este 2019. El rechazo de una parte de la comunidad, incluyendo a los fanáticos y al legendario Bernie Ecclestone, expresidente de F1, fue evidente, pero por otro lado, la medida también replanteó el papel que la mujer ha desempeñado en un deporte primordialmente masculino y si es posible hablar de ella sin relacionarla con las chicas que permanecían de pie junto a los autos en el arranque y durante la premiación.
Liberty Media explicó en un comunicado que “mientras la práctica de emplear grid girls ha sido básica por décadas, sentimos que esta costumbre no resuena con los valores de nuestra marca y claramente está en desacuerdo con las normas sociales modernas. No creemos que esta práctica sea apropiada o relevante para la Fórmula 1 y sus fans, antiguos y nuevos, alrededor del mundo”. Al respecto, las mujeres que trabajaban en esta área, naturalmente, se manifestaron contra la polémica determinación, argumentando un evidente desempleo y reiterando que su imagen no provocaba ningún efecto negativo para el deporte y hacia la audiencia.
Pero los números son claros. En 1959, Maria Teresa de Filippis se convirtió en la primera mujer en conducir un auto de Fórmula 1 y, en 1974, Lella Lombardi fue la primera piloto en puntuar durante una carrera. En el nuevo milenio, hicieron eco nombres como María de Villota, quien probó el auto del equipo Marussia; Susie Wolff, durante 2015 logró correr un Williams en sesiones de prácticas y, actualmente, Tatiana Calderón es la única piloto de pruebas para el equipo Alfa Romeo y también la primera piloto titular en la categoría GP2 durante la presente temporada.
En 1986, Virginia Williams logró subir al podio para recibir el trofeo del Mundial de Constructores, siguiéndole la ingeniera Gill Jones de Redbull, en 2013, en el Gran Premio de Bahréin junto a Sebastian Vettel. Mientras, Monisha Katelborn se ostentó como jefa del equipo Sauber de 2012 a 2016 y, actualmente, Claire Williams es la única mujer al frente de una escudería, quien se ha pronunciado a favor de “atraer más mujeres en los muchos roles disponibles para ellas en la industria”.
A estas alturas, la prioridad no debería ser la discusión sobre si es apropiado o inadecuado retirar a las edecanes del automovilismo, sino qué oportunidades se les pueden otorgar a las mujeres, tanto en el primario ámbito social como en el deportivo, para poder acceder a puestos de preponderancia en este deporte. En ese tono se manifestó Susie Wolff, quien desde su retiro ha enfocado parte de su carrera a la fundación “Dare to be Different” (Atrévete a ser diferente) que tiene por objetivo tanto inspirar a las nuevas generaciones de jóvenes pilotos como apoyarlas en su tránsito a las grandes categorías.
“¿Considero que la F1 está preparada para acoger a una buena piloto de carreras que pueda competir a los más altos niveles? Sí. ¿Creo que es posible para una mujer? Por supuesto. ¿Lo veremos en poco tiempo? Lamentablemente, no. Hay dos baches cruciales, uno es que no hay muchas niñas que se inicien en el pilotaje de karts desde pequeñas y otro es que no tendrían ningún modelo a seguir. A veces, se necesita ver para creer”, mencionó Wolff en el documento donde anunciaba su partida de las pistas.
El camino de las chicas hacia el automovilismo, como en la ciencia, la tecnología y la política, por mencionar solo algunas áreas donde aún carecen de una significativa representación, deberá comenzar desde la más temprana edad, cuestionando los roles de género que dictan esas tareas a las que tanto hombres como mujeres parecen estar condenados por el resto de sus vidas: ¿Seríamos capaces de comprar a nuestras hijas un auto a escala en lugar de una muñeca? ¿Podríamos dejarlas ver una carrera a nuestro lado en lugar de una película de princesas? ¿Estaríamos dispuestos a apostar por ellas desde el karting?
Lamentablemente, el trabajo para ganar puestos en deporte automotor, aún largo y difícil, por el momento queda solo en manos de las jóvenes aspirantes.