Aún las mentadas de madre resonaban en las principales calles del municipio de Tecamachalco.

Aún el eco del "Ya estamos hasta la madre", no se disipaba.

Cuando ocurrió otro levantón.

Hombres armados que iban a bordo de dos camionetas, una verde y otra roja, se llevaron por la fuerza a un joven por el momento desconocido a quien interceptaron en la Avenida Juárez de ese municipio.

A una calle de la Comandancia de la Policía Municipal, frente a una institución bancaria, los desconocidos perpetraron otro secuestro más.

Pasaban de las 7 de la tarde del martes, cuando el crimen organizado respondió a las amenazas de un cuantioso número de pobladores, que advirtió con linchar a delincuentes y que exige la cabeza de la presidenta municipal de Tecamachalco.

La respuesta fue un "Me vale madres".

Y es que desde el inicio de esta administración municipal los índices de delincuencia aumentaron en forma considerable.

Principalmente los asaltos a transportes, el robo de hidrocarburos, incluyendo el gas LP, además del robo de vehículos, los secuestros, extorsiones y como consecuencia los homicidios, las ejecuciones, las lesiones con arma de fuego.

Y fue de manera especial el municipio de Tecamachalco, el epicentro de todas las protestas por la inseguridad en Palmar de Bravo y otros municipios, porque es ahí mismo donde las principales organizaciones delictivas encontraron refugio y protección.

La banda de Jalit Cano Parra, bien conocido como "El Mamer", oriundo de Martínez de la Torre, Veracruz; se ocultó bajo el escritorio del ahora exsecretario de Seguridad, Héctor Ricalde, donde le dieron oportunidad de perpetrar todos los delitos que quisiera.

Incluso que pasara desapercibido.

La banda de “El Panes”, además de otros criminales de la zona, vivieron y viven bajo una protección gobiernista, en este caso municipal, que les permitió convertir a Tecamachalco en nido de delincuentes.

Por eso las mentadas de madre

Por eso el hartazgo de un pueblo con necesidad de justicia.

Y todos creyeron que con una manifestación bastaba.

Pero una hora después ocurrió el levantón.

Y la víctima aún no aparece.

Nos vemos cuando nos veamos