No hace falta ser un genio para darse cuenta que, en la actualidad, José Juan Macías es uno de los proyectos más interesantes y esperanzadores que posee el futbol mexicano.

Decía Marcelo Bielsa a Pep Guardiola, en una de sus tantísimas charlas: “Pep, a los buenos jugadores los vemos vos, yo y la mayoría de la gente. Pasa lo mismo con los jugadores malos. El mérito está en advertir y saber que el jugador normal va a ser bueno”.

Desde Chivas, su alma máter, Macías mostró sus buenos dotes de futbolista. Más allá de ser un delantero de agradables hechuras dentro del área, “JJ” sorprendió por su capacidad para entender el juego, para desmarcarse buscando el beneficio propio como el de sus compañeros, así como para generarse ocasiones de gol, aún en completa soledad.

Dichas virtudes fueron exponencialmente aprovechadas y, sobre todo, mejoradas tras su cesión al conjunto del León, donde el juvenil encontró el arropo de futbolistas como Joel Campbell, Ángel Mena, Rubens Sambueza y el ‘genio’ Luis “El Chapo” Montes, convirtiéndose en el único mexicano entre los diez máximos romperredes del recién concluido Clausura 2019, y uno de los indiscutibles de la Selección Mexicana Sub-20 que hoy disputa, en Polonia, la Copa del Mundo de su categoría.

Sin embargo, más allá de todas estas fortalezas con la pelota, este chamaco comenzó a dar de qué hablar hace algunos meses, cuando encueró a la directiva rojiblanca y a su exentrenador José Saturnino Cardozo, con una soltura impropia de su edad (y, salvo contadísimas excepciones, de su profesión), ante los micrófonos; ese enemigo por naturaleza del jugador de futbol en México y el mundo.

Tras la bochornosa exhibición del conjunto mexicano ante Japón, contrario a lo que la ‘declaracionitis’ y la verborrea balompédica obligan, Macías se salió del lugar común para desnudar, otra vez, esos clichés enquistados en el futbol nacional que tanto daño han hecho, generación tras generación:

Creo que nos escondemos demasiado en pretextos. Que si hay demasiados extranjeros, (los mexicanos) no podemos sobresalir. Si seguimos escondiéndonos con eso, nunca vamos a trascender”.

José Juan Macías habla igual de bien que como juega (o viceversa, da igual). Y qué gusto. Ojalá así siga; y con él, muchos futbolistas mexicanos más.

Nos leemos la siguiente semana. Y recuerden: la intención sólo la conoce el jugador.