Usted recuerda que la madrugada del domingo 26 de mayo, en dos puntos del municipio de Quecholac, fueron abandonados los restos de un hombre que fue descuartizado por sujetos desconocidos que iban a bordo de dos camionetas de modelo reciente.
El hombre asesinado y mutilado era vecino de San José Pino Suárez, del municipio de Tecamachalco, sería uno de los que están organizando a un grupo de autodefensas, para hacer frente al crimen organizado.
Este hombre fue levantado el sábado 25 de mayo, por sujetos desconocidos y apareció sin vida, en fragmentos, en dos calles del municipio de Quecholac.
Este mismo hombre, la semana pasada, acudió con autoridades policiacas para denunciar los puntos donde están operando bandas que se dedican al robo de gas LP, asaltos en carreteras, secuestros, extorsiones y otros delitos de alto impacto.
Estos informes que proporcionó debieron haberse quedado en los expedientes para la ubicación, detención y desarticulación de bandas criminales, o bien pasaron a ser informes directos a la delincuencia, para que se dieran cuenta quién los estaban señalando.
Estos informes, que debieron haber sido manejados de manera confidencial, serían los motivos por los que este hombre terminó en dos bolsas, en la calles de un municipio, cuyo presidente municipal, había prometido ayudar a la presidenta de Tecamachalco para abatir al crimen organizado.
El hecho de que el cuerpo de este hombre haya aparecido en un municipio que hasta el pasado domingo se antojaba a tranquilo, lleva un mensaje del mismo crimen organizado o podría ser una declaratoria de guerra.
¿Qué deben de estar pensando los habitantes del municipio de Quecholac?
Debe de haber alguna molestia generalizada porque les están trayendo problemas de inseguridad que no tenían.
Nos vemos cuando nos veamos