El gobernador electo, Miguel Barbosa Huerta ofreció en campaña un equipo de trabajo con perfil de izquierda y ha cumplido. Hasta antes de la elección ordinaria del domingo de julio de 2018 habría sido improbable ver en cargos de alto nivel en la función pública a un conjunto de perfiles que todos conocemos desde la trinchera de la oposición.

En un estado en que por momentos llegó a perderse la línea que dividía la implementación de políticas públicas y formas de ejercer el poder entre unos gobiernos emanados del Partido Revolucionario Institucional y Acción Nacional, hombres y mujeres que se mantuvieron fieles a la utopía que suponía alcanzar el poder están por hacer historia.

Ahí está David Méndez, a quien el autor de la Parabólica recuerda en las movilizaciones callejeras para condenar el fraude electoral que costó el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en 2006,  frente al ex panista Felipe Calderón Hinojosa por un margen menor a un punto porcentual.

No era fácil mantenerse en la lucha por el reconocimiento del tabasqueño cuando hace trece años sus enemigos lo habían catalogado como un ‘peligro para México’ y ubicado como blanco de una campaña negra descarnada que puso en marcha la derecha, en coordinación con quien ahora parecen ser aliados del grupo del poder: el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación de Elba Esther Gordillo Morales.

David Méndez forma ya parte del equipo del gobernador electo como responsable de recibir la Secretaría General de Gobierno, una responsabilidad transitoria que será reconocida en el momento de las definiciones para la integración total del gabinete.

Sucede con Gabriel Biestro Medinilla, como líder del Congreso local, coordinador de la bancada del Movimiento de Regeneración Nacional y como un ágil aprendiz de la cosa pública, después de haber sido ninguneado por la ortodoxa clase política que alcanzó boleto para colarse a la Cuarta Transformación y que está ser echada.

En ese tenor hay que colocar al abogado Abelardo Cuéllar, un activista que desde el ejercicio del derecho encontró el margen de acción para defender a dos segmentos claramente afectados por esas políticas públicas que impusieron Acción Nacional de la mano del PRI: Los despedidos del gobierno y los abusos de empresas como Agua de Puebla.

El otro nombramiento que no puede ser desdeñado es el del edil de Izúcar de Matamoros, Melitón Lozano Pérez, quizá el único que ha estado ajeno a escándalos y dislates como ha ocurrido con otros funcionarios y funcionarias edilicias que ni siquiera vale la pena nombrar.

La diferencia entre el aún presidente municipal y el resto de sus homólogos es la preparación académica: tiene grado de doctor, maestría y licenciatura; más aún, el empeño por llevar la educación a una praxis general, filosofía de vida pues aún lo recuerdan como el profesor de artes marciales que preparaba a los muchachos del Colegio de Bachilleres de ese lugar, cada sábado.

El próximo Secretario ha llevado una vida privada en ese ámbito, serio y metódico no ha dejado de ser un congruente militante de la izquierda que ahora será el responsable de la Educación Pública en un estado catalogado como conservador, lejos del jacobinismo y claramente proclive a mantener el estado de cosas como hasta ahora ha sucedido.

La Puebla de los conservadores, el barroco y los bodegones está por ver nacer una nueva clase política con una clara inclinación hacia la izquierda. Esa no será una circunstancia de asimilación fácil para quienes aún no asumen el paso de la historia a la luz del nuevo paradigma.

@FerMaldonadoMX