Aunque en el Congreso del estado la aplanadora de Morena le compró “aire” a la alcaldesa, Claudia Rivera, la verdad es que ante la opinión pública la solicitud de su destitución sigue latente y quizá la gota que podría derramar el vaso o la paciencia de los capitalinos sea precisamente la remunicipalización del servicio de agua potable.

Vamos por partes.

Estamos completamente de acuerdo en que hay que revisar y con lupa la cantidad de irregularidades cometidas con la entrega de la concesión del servicio a Agua de Puebla; también estamos en sintonía cuando reclamamos las excesivas e injustificadas tarifas que esta empresa poblana le ha impuesto a los poblanos, eso sin señalar las múltiples fallas en su sistema de recaudación y la adquisición obligada de nuevos medidores que realiza la firma cada que se le da la gana.

No hay duda, Agua de Puebla tampoco cumple con su principal obligación que es la de dotar del vital líquido a todas la colonias ni con el adecuado tratamiento de las aguas residuales y ya ni hablemos del tema del drenaje porque está más que comprobado que con cualquier lluvia por pequeña que sea, la ciudad se “encharca” aunque esas anegaciones más parecen inundaciones que charcos.

Pero hay algo que la alcaldesa no está considerando, aunque ella dice que sí. En sus recientes declaraciones Rivera Vivanco sostiene que durante los ocho meses que lleva su gobierno se ha estudiado a fondo el caso y que se tiene perfectamente documentado, que incluso no será necesario indemnizar a la firma porque Agua de Puebla ha incumplido el contrato.

De corazón deseamos que así sea porque sería financieramente un suicidio endrogar nuevamente al municipio para pagar una millonaria indemnización.

Al tema financiero se suma uno mucho más complicado, el de la operatividad. Al margen de que lo que resuelva el congreso e incluso el próximo gobierno estatal, como adelantó Fernando Manzanilla que lo hará, la alcaldesa y los regidores del cabildo deberían explicarnos cómo operará el tandeo de agua, las plantas de tratamiento y el drenaje en la capital poblana.

Porque dotar de agua a una ciudad con problemas de fugas, dispersión poblacional y hasta con severos retrasos en infraestructura hidráulica no se antoja nada fácil.

Y es aquí donde regreso al inicio, ¿Será que este proyecto que originalmente buscaba sumarle puntos a Claudia Rivera podría, en los hechos, terminar por ser la gota que derrame el vaso y por la cual las protestas sociales obliguen al Congreso a cuando menos estudiar la revocación de mandato?

Quepa la aclaración de que la idea de destituir a la presidenta municipal tiene más impacto mediática que jurídico.

Actualmente la presidenta municipal tiene frentes abiertos en varios lados. La inseguridad que un día sí y otro también pone en jaque a los habitantes, lo mismo a quienes usan el transporte público que a quienes se trasladan en bicicleta o a pie. Los que viajan en vehículos, desde bochos hasta camionetas de lujo tampoco se salvan de ser víctimas de un asalto en cualquier semáforo o de perder las llantas de sus vehículos.

En esta temporada de lluvias, los baches que brotan cada año son otro de los reclamos; también existe encono por el desmedido crecimiento de los ambulantes en el Centro Histórico y así la lista a la que ahora le han sumado, la remunicipalización del agua potable.

¡Vaya encrucijada en la que se ha metido la alcaldesa!