La semana que termina fue crítica para el poder legislativo, varios conatos de violencia se generaron debido a la irresponsabilidad de la diputada, Mónica Rodríguez Della Vecchia, quien ha llevado a las sesiones de las comisiones de Equidad de Género, Familia, Derechos Humanos, y Salud, a integrantes de uno de los grupos más radicales de la derecha que existen en México: el denominado Frente Nacional por la Familia.

Sin medir las consecuencias la legisladora esposa de Pablito Rodríguez, permite que los y las representantes de este Frente ingresen libremente al Congreso y a las sesiones.

Tal es su tolerancia que incluso a la entrada del Congreso, las visitantes se escudan diciendo: “venimos con la diputada Mónica”; algunas de ellas hasta muestran el pañuelo azul como si ello fuera de mayor valor que la propia credencial del INE que se solicita para el ingreso de personas ajenas al recinto.

Le cuento que el pasado lunes ocurrió el primer incidente, la diputada Rocío García Olmedo fue intimidada y ofendida por las mujeres del Frente. No fue la única, una joven de “Los Pañuelos Verdes”, a favor de la despenalización del aborto también fue agredida por la gente que se identifica con la ultraderecha.

Se imaginan ¿Qué habría sucedido si la gente que estaba detrás de la diputada García Olmedo en su radicalismo la hubiera agredido?

La propia legisladora reconoció que tuvo miedo ese día pues ante los arrebatos, se sintió desprotegida.

El miércoles las cosas volvieron a tensarse, ese día los y las representantes de “los pañuelos verdes” llegaron para hacer contrapeso a las ultraderechistas, tanto a la comisión de la Familia como la de Derechos Humanos.

Ayer jueves se dio el primer enfrentamiento, la mujeres de los pañuelos azules, ésta vez apoyadas por una presunta asistente de la diputada María del Carmen Saavedra que distribuía mantas y pañuelos, llegaron a la sala donde se desarrollaba la Comisión de Salud e iniciaron las provocaciones contra quienes portaron “los pañuelos verdes”. Hubo empujones y con los letreros azules les tapaban la cara a quienes mostraban un pañuelo verde. De estas agresiones y provocaciones, existe claro, un vídeo que captó el triste espectáculo.

El tema de la descriminalización de las mujeres por abortar y en general de la despenalización del aborto tiene que ser discutido de forma seria, pero sobre todo sin fanatismos ni posturas radicales.

En éstos momentos si se desata la violencia en las comisiones o en el pleno podría tener nombre y apellido, esperamos que Mónica Rodríguez quien durante ocho meses había mostrado mesura, recapacite y se dé cuenta que el incitar a un grupo de la ultraderecha con el argumento de “defender la vida”, podría cobrar una porque hay que recordar que en la Guerra Cristera, mataban en nombre de Dios.

El tema del aborto siempre tendrá muchas aristas y corresponde escuchar a todos los sectores de la sociedad, siempre privilegiando que la tolerancia, el diálogo y el respeto sean los caminos.