Primero la historia:
Entre la noche del sábado 6 y la madrugada del domingo 7 de julio, Gabriel E. alias "El Mascota", acudió a las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (SSPTM), a Rancho Colorado, para preguntar por sus dos hijos que había sido detenidos por la Policía Municipal, en este caso por el grupo de Análisis y de Inteligencia Civil Número Uno, donde de mala gana le indicaron que sus hijos estaban detenidos por narcomenudeo.
"El Mascota", también se enteró que a sus hijos no les encontraron ninguna prueba que indicará que se dedicaban a la venta de drogas, pero que están ahí por instrucciones del comandante Ernesto González Escamilla, quien está a cargo de esta unidad inteligencia, además del Grupo de Intervención Proactiva (GIP). González Escamilla también dio la orden de que "para ayudar a los muchachos", había que "cargar” a los detenidos, y les pusieron drogas, de las que el comandante guarda en su escritorio para ese tipo de ocasiones, además relacionaron a los detenidos con un robo de vehículo.
Este hombre, quien se dedica al negocio de los bienes raíces, fue materialmente corrido de esas instalaciones, además amenazado, por lo cual montó en cólera.
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Los disparos
Gabriel llegó totalmente molesto a la colonia 3 Cerritos, observó una patrulla de la Policía Municipal y con un arma de fuego que llevaba les disparó en varias ocasiones, con la intención de desquitarse de lo que le estaba pasando a sus hijos.
En esos momentos estaba fuera de sí.
Y la balacera se generalizó cuando venían llegando más patrullas de apoyo, dejando un saldo de un policía muerto y otros 4 heridos, todos ellos del sector 4.
Todo ocurrió cerca de la casa del suegro de "El Mascota", Oscar R, de 47 años de edad y el hijo de este Fernando R. de 20 años, quienes salieron a defender a su familiar político, cuando este había sido detenido.
Estos dos hombres también fueron detenidos y trasladados a la SSPTM, en Rancho Colorado, donde se fraguó un plan para distraer a las autoridades de lo que realmente había ocurrido y que originó el ataque armado, el hecho de que habían sido detenidos los hijos de "El Mascota" y que les habían fabricado delitos.
A sus hijos les "sembraron" uniformes de policías, al parecer de Tlaxcala, además de chalecos y un arma hechiza tipo pistola.
Los recibieron ante la opinión pública, y los pusieron a disposición, justificando de esta forma una serie abusos y atropellos que terminaron en un ataque, que tampoco se puede justificar.
El asunto llegó a un Juzgado de Control, en el Centro de Justicia Penal de Puebla, y Gabriel E. "El Mascota", quedó con prisión preventiva por la muerte del Policía Municipal y las heridas de otros 4, pero Óscar y su hijo Fernando, sólo tuvieron el señalamiento de resistencia de particulares.
De los uniformes y chalecos plantados, nadie dijo nada, estas pruebas van a ser desechadas, porque el mismo padre e hijo dicen que les fueron "sembradas".
Así es como la SSPTM justificó y protegió un abuso de autoridad que llevó a la tragedia de la muerte de un policía y las heridas de 4 de sus compañeros.
¿Y la justicia?
Nos vemos cuando nos veamos