La disputa por la joya de la corona en Acción Nacional, que era la presidencia del Comité Municipal de la capital, mostró el pasado domingo que hay panistas dispuestos a entrar descalzos a un chiquero, donde no importa si hay que tocar el estiércol con las manos, con tal de lograr sus fines; y esto literalmente fue lo que sucedió, ya que una mujer sacaba de un bote de un sanitario supuestas boletas que habrían sido marcadas a favor de Eduardo Alcántara.

Sin guante alguno, la supuesta panista metía la mano para sacar las boletas de un bote de basura colocando en un sanitario, vaya, no hubo ni la precaución de colocarse una bolsa en la mano o utilizar alguna protección, ya que se supone que los papeles de abajo literalmente estaban llenos de mierda.

Al final, se hizo evidente que se trató de un burdo montaje. Una patada de ahogado. Un estertor político de un grupo que había perdido la elección.

En este espacio habíamos advertido que se intentaba cargar los dados en favor de Eduardo Alcántara, sobre todo por algunas irregularidades documentadas, como el utilizar una cuenta oficial del partido para realizar una presunta encuesta con el único fin de favorecerlo.

Pero la realidad es que los panistas tradicionales lograron unirse para enfrentar un posible fraude y lanzar a un candidato como Jesús Zaldívar que cuando menos garantiza la ansiada unidad blanquiazul.

Hace unos meses, nadie imaginaba que Ana Tere Aranda, Humberto “El Tigre” Aguilar Coronado, Eduardo Rivera Pérez, Jorge Aguilar Chedraui y Mario Riestra Piña, estuvieran en el mismo barco luchando por hacer renacer de sus cenizas a su partido.

Entre quienes el domingo hablaban de fraude y llegaron con las boletas al final de la asamblea, hay un personaje que estuvo en el hotel MM donde presuntamente se descubrió la mapachera el año pasado, su nombre Oscar Pérez Córdova, quien es un operador en elecciones y presume de saber manipularlas.

Pero también estaba Pedro Gutiérrez, quien era incondicional de Javier Lozano Alarcón, aquel exsenador que dijo que si le bajaban el sueldo tendría que robar.

Lo más grave para ellos es que la propia Genoveva Huerta, al darse cuenta de la derrota de su candidato, optó por aceptarla, y dejarlos solos a su suerte, esperando que en la asamblea del 8 de septiembre no terminen desterrándola.

Esos son los nuevos tiempos del PAN.

  • Ajuste al transporte

El día de ayer, el gobernador Barbosa dejó en claro el análisis que hace su gobierno para negociar y determinar el posible aumento a la tarifa del transporte público.

Será en próximos días cuando el aumento al transporte público se dé a conocer.

De ahí que el gobierno del estado, a través de la Secretaría del Transporte ya analiza seriamente cuáles podrían ser las condiciones para poder aprobar el aumento final.

Si bien se reconoce que desde hace varios años el precio del pasaje en Puebla no se ha incrementado, también es una realidad que el transporte público en la entidad tiene deudas muy grandes con los usuarios.

Las quejas son las de siempre, unidades viejas y sucias, las rutas tardan mucho en pasar, los choferes abandonan al pasaje en las últimas vueltas, falta seguridad y pocas veces se puede encontrar un camión después de las 21:30 horas.

Otra falla es la mala planeación de los derroteros, por ejemplo, actualmente ninguna ruta circula por las calles del cerro de La Paz y debido al reordenamiento con la llegada de RUTA, ir de esa zona a Angelópolis te puede llevar hasta 50 minutos aunque se trate de un recorrido de menos de 5 kilómetros.

Por ello en la mesa de negociación habrá que poner también las mejoras para el usuario y que no sea como en otras ocasiones en donde los transportistas aseguran que sí cumplirán con mejorar el servicio y a final de cuentas no hay nada en concreto.

Todo indica que esta vez, el gobierno no permitirá que nos tomen el pelo y nos vendan espejitos por oro.

Esta es la esperada oportunidad para transformar el sistema de transporte y de paso erradicar a las mafias que impiden la modernización y le eficiencia, mientras unos cuantos se hacen más y más millonarios.

¡Ya estuvo! ¿No?