En el futuro, el diputado sin partido, el ex panista Marcelo García Almaguer deberá pagar la contraprestación por haber obtenido colocarse a sí mismo y a los suyos como una bancada legislativa en el Congreso local.
A su ex compañero de bancada, el diputado panista y coordinador del grupo legislativo Oswaldo Jiménez le asiste la razón. La jugada del presidente del Congreso, Gabriel Biestro Medinilla le quedó redonda para establecer una alianza de facto para votaciones futuras en horas decisivas.
Ya se sabe que el Movimiento Regeneración Nacional y sus aliados son una mayoría aplastante pero era preciso legitimar decisiones legislativas. Las mayorías también requieren el voto aliado de la oposición para construir percepción favorable, en lugar de las aplanadoras y los mayoriteos.
Así que cuando la tarde del martes circuló entre los diputados del Congreso local la iniciativa de ley conocida ya como #LeyBiestro estaba claro que el documento va en la ruta de la aprobación para reconocer al propio García Almaguer, Jonathan Collantes, María del Carmen Saavedra y Hugo Alejo Domínguez como una bancada más en la composición política.
El panista Oswaldo Jiménez dijo este miércoles que la jugada del jefe del grupo legislativo de Morena es un asunto de sumas y restas a la hora definitoria de votaciones, clave en la vida política del estado.
“Ellos tomaron la decisión de renunciar a sus respectivos partidos y eso trae consecuencias. Es una jugada impulsada en común acuerdo por el diputado (Gabriel) Biestro y el diputado Marcelo (García Almaguer) por un asunto de sumas y restas a la hora de las votaciones”, respondió ayer.
Las alianzas en el ámbito legislativo no son nuevas, son entendibles y hasta indispensables. La práctica política en la vida parlamentaria obliga a reacomodos estratégicos y quién consigue la mayor rentabilidad de ese tipo de estrategias suele ser quien trae en las alforjas más oficio que otros.
Para el caso, Marcelo García Almaguer volvió a ofrecer una dosis inocultable de pragmatismo. Una alianza de facto con un líder de la bancada de Morena que ha fustigado con fuerza al ex jefe político fallecido el 24 de diciembre es muestra de ello.
En todo caso, lo único que consiguió es cambiar de ritmo pues el pandero en la Cuarta Transformación toca otra melodía, un ritmo distinto.
El nuevo patrón es diferente al que le gritaba y humillaba hasta en público. Pero en política nada es gratis.
En el futuro a la Fuerza Independiente, por sus votos los conoceréis. Es cuestión de tiempo.