Todo parece indicar que entre el ayuntamiento de Claudia Rivero Vivanco y la Fiscalía General del Estado, el encargado de despacho Gilberto Higuera Bernal, se han confabulado, ¿sin querer?, en mantener a los poblanos con una venda en los ojos mientras que la delincuencia se despacha con la cuchara grande y día a día sigue cobrando víctimas.

Y es que a todos se nos hace extraño que salga ante medios informativos la alcaldesa Rivera Vivanco para presumir una disminución notable de la delincuencia cuando la realidad es otra.

Los asaltos a casas habitación, comercios, restaurantes, tiendas de conveniencia, velorios, moteles, a transeúntes, a transportes públicos, robo de vehículos, de autopartes, etc., sin dejar de mencionar las lesiones con arma blanca o de fuego, además de los homicidios, van relativamente al alza.

¿Cómo la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito del Municipio presume detenciones de asaltantes, cuando un hombre de 54 años fue acuchillado y muerto dentro de su casa, en La Margarita por resistirse a un asalto, cuando la misma noche un hombre de 25 años fue ejecutado con disparos de R-15, cuando visitaba a su mamá, en La Guadalupana?

Y cómo puede presumir este ayuntamiento de Puebla de la detención de tantos delincuentes y la desarticulación de tantas bandas, si la gran mayoría han quedado en libertad por detenciones arbitrarias e ilegales, sin ningún conocimiento legal.

Y de todo esto existe un comparsa o palero y no es nada más que la Fiscalía General del Estado (FGE), quien se ha dedicado a ocultar, desde su área de Estrategia y Comunicación todos los delitos que ocurren en Puebla, como para que nadie se dé cuenta.

Esta Fiscalía poco, pero muy poco ha hecho para investigar y esclarecer la serie de denuncias por robos y asaltos que han ocurrido en Puebla, de hecho, para nada se ha notado la presencia del grupo de Investigación de robos y asaltos de la Policía Ministerial y mucho menos la que investiga homicidios o violaciones.

Tal parece que esta corporación de investigadores está trabajando para el otro bando.

Nos vemos cuando nos veamos