Una muy agradable preparación en el campo bravo mexicano, con la “Mejor anfitriona del mundo”,  así se ha expresado el maestro valenciano de las atenciones recibidas en casa de doña Laura Herbert  de Villasante de la casa de ganado bravo criar de  “Carranco”. Y vaya que la señora ganadera buena fama tiene de la finura de sus atenciones y elegancia en el buen estar y distinción; materias que domina e imparte de manera de cátedra viviente.

Además doña Laura permanece en estrecha unión con el Toro, pues aparte de dedicar su vida entera a la crianza con mucho amor de sus toros, permanece en  Unión Civil con la fiesta al ser suegra del Matador en retiro Jorge Gutiérrez. Avecindada en Santa María del Rio en Querétaro en el Rancho “San José de Carranco”. Adonde acudió el de Chiva, Valencia a realizar labores de campo, tienta de vaquillas, brega realizada con la compañía “únicamente” de la señora ganadera, a quien se ve en su Palco de la plaza con su añeja y casi una reliquia, libreta de Notas de Tienta, en la que hizo anotaciones sobre bravura, codicia, y otras características; naturales o adquiridas de las reses tentadas y al final de cana nota, escribió: tentador Enrique Ponce, todo ello, sin bebidas espirituosas ni embriagantes, ni rusticas y aborígenes compañías.

Sí no la “Boda del año” que esa parece ser la de Rafael Nadal, pero sí con mucho ruido y un final de fiesta muy glamuroso y a la mexicana, la boda en fin de semana pasado, ceremonia celebrada en Albacete, boda de Paco Ureña, a quién mucho le sonríe la vida, después de un verdadero calvario para llegar a ser lo que ya es hoy; Una Figura. Se ha dado el “Sí quiero” junto con la Guaperrima María Elena González hija del enorme Maestro del toreo, ya fallecido Don Dámaso González.

Boda con festejo en la finca del la familia del Maestro torero que ha terminado con un grupo de amigos todos gente de coleta, abrazados, mano a la cintura y la otra en alto cantando a “grito pelado” y haciendo patente la presencia de México y de José Alfredo… “EL Rey”. Ale Talavante, presente, por supuesto sí de celebrar a la mexicana se trataba; con Miguel Ángel Perera, José Mari Manzanares, El Soro, Cayetano, con él y sí de finura y elegancia se trataba, ahí estuvo EL Fino Juan Serrano “Finito de Córdoba”, los Maestros Pedro Gutierrez Moya “El Capea”, José Ortega Cano, Rafaelillo, Diego Urdiales, Francisco Ruiz Espla, Saúl Jiménez Fortes, José Garrido, el muy joven Román.  Usted los puede ver e identificar, no en ese orden en la foto que exorna ésta nota. Vaya hasta al señor cura que ofició el matrimonio, le dieron la alternativa al grupo.

Por razones obvias  de  su recuperación e intensa rehabilitación el que no ha cruzado el  charco para estar ahí, es el inseparable compa de Ureña, el “cejas de ciempiés”, Arturo Macías.

Y, en días pasados, ahí al otro lado del gran charco se ha dado por terminada la temporada hispana, por lo que respecta a la Catedral del Toreo Mundial, lo ocurrido este año en la Plaza de Las Ventas del Espíritu Santo en Madrid, resulta por demás estimulante para la fiesta, y más por aquello que tanto se dice que los “Toros no interesan a nadie”, las entradas en los tendidos han mostrado en todos los renglones un incremento notable, cerca de Un Millón de asistentes en el gran total de todos los festejos, que fue 945 900 entradas con boletos pagados, faltando solamente 54 100 para el millón. Preocupante que ¡los toros no interesen a nadie!

Y, así las cosas van bien, muy bien; la Presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuzo acompañada del Director Gerente de Asuntos Taurinos de la misma Comunidad el Matador Miguel Abellán, han hecho muy cordial visita al torero herido por sería cornada Gonzalo Caballero en el Hospital donde éste permanece ingresado, aunque es bueno recordar que el Matador prefiere la visita de la chulada de Victoria Federica hija de la infanta Elena y Jaime de Marichalar con la que comparte suspiros.

Ya me despido a propósito de los Fieles Difuntos con palabras de Ignacio Ibarra Mazari hablando de máscaras para estos días: “mi hermana se ponía una – máscara- de mono y yo una de la muerte, porque había oído decir que la muerte no se muere porque es ella misma”.

Y dice más: “mi olfato recordaba un olor a guayaba y pan de hojaldra y esperaba paciente y gozoso el Día de todos los Santos”.