Cuando el próximo 15 de diciembre el gobernador Luís Miguel Barbosa rinda su informe a la soberanía representada en la Cámara de los Diputados como lo establece la Constitución local, el estado anímico general será de desencanto.

El informe de labores será parcial, merced de la elección extraordinaria en el verano de 2019 y la consecuente toma de posesión en el primer día de agosto, por tanto habrán pasado cuatro y medio meses al frente del gobierno estatal; no así Andrés Manuel López Obrador, que ayer volvió a convocar a una concentración en el zócalo capitalino en ocasión del primer año como mandatario del país.

De acuerdo con una medición efectuada por Mas Data del consultor José Zenteno, más de 40 por ciento de la población cree que hay poca o muy poca confianza de que el país pueda mejorar, con todos los problemas que tiene México.

Un 21.8 por ciento del universo consultado de plano dijo no tener “nada” de confianza

La encuesta fue efectuada entre el 23 y 25 de noviembre y constó de 800 entrevistas con un margen de confianza de 95 por ciento. Por eso conviene hacer notar que el estado de ánimo y el entorno social no es el mejor, luego del histórico triunfo del candidato anti establishment y la toma de protesta en San Lázaro el 1 de diciembre de 2018.

Si López Obrador como candidato presidencial de los partidos de izquierda empujó al triunfo de los candidatos cobijados por la coalición Juntos Haremos Historia, López Obrador como presidente puede producir un efecto contrario.

De acuerdo con la muestra de Zenteno, 51.8 por ciento considera que el país va por el rumbo equivocado y 34.3 consideró lo contrario; un 14 por ciento dijo no saber.

La percepción en torno a la figura de López Obrador no es la misma cuando se consulta sobre el desempeño del gobierno. Como apagado institucional, el desempeño es pobre y con una clara tendencia reprobatoria.

Seguridad, economía y corrupción son las prioridades establecidas en la medición. El reto de los gobiernos que llegaron con el tabasqueño será el de revertir la percepción negativa que comienza a ser generalizada y el tiempo, como la rotación de la tierra, no admite pasas ni aplazamiento alguno.