El Movimiento Regeneración Nacional vive su resaca política tras la borrachera del verano de 2018. Las cúpulas de esa agrupación que devino partido político lo sabe, pero no lo dirá nunca en público.

La aceptación de la culpa no es inherente a la clase política y el mejor ejemplo de ello es el presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien jamás se le ha escuchado un “lo siento, me equivoqué”.

Traerlo a la mesa es preciso pues en unos días comenzará 2020, antesala de la elección de medio periodo de la Cuarta Transformación en 2021.

Lo sabe el gobernador Miguel Barbosa y su círculo cercano. La más ilustrativa de las evidencias fue la elección extraordinaria en donde la fuerza arrolladora de la coalición Juntos Haremos Historia hizo agua.

Cuentan que uno de sus operadores, al conocer el resultado final, con un margen más estrecho de lo previsible para alcanzar el triunfo, dijo en la mesa: “las cosas están de la chingada”.

Era el reconociendo tácito del fracaso de los activos que en 2018 habían sido incluidos en la boleta con el propósito de ganar la contienda. El objetivo se consiguió, pero a un costo indeseado.

Ahí están las deficiencias de sus presidentas y presidentes, legisladoras y diputados. Ocurrencias de ocasión para una cómoda elección en la que el fenómeno López Obrador hizo todo.

La tarea de recomponer el escenario para la hora de las definiciones y conservar los espacios de poder alcanzados en 2018 parece cuesta arriba.

No será nada fácil persuadir al electorado de que, ahora sí, el sentido común suplirá a la ocurrencia; la empatía a la arrogancia y el conocimiento a la ignorancia.

Hablan de construir una estructura paralela al Movimiento Regeneración Nacional en donde los llamados morenazis representan un obstáculo para aplicar método y política a la hora de las definiciones.

Qué costosa ha sido la resaca para la cúpula partidista y a quien se le haya ocurrido la idea de perfilar a personajes sin oficio ni capacidad para sus respectivos cargos. El daño parece severo para el organismo del movimiento. Por ello será preciso aplicar oficio y paciencia de orfebre, pues los sufragios no van a llegar solos y eso lo tienen bien presente en ese círculo de poder.