Mientras los diputados poblanos se encuentran aún de vacaciones, la Comisión Nacional de Derechos Humanos denunció que en Puebla se violan los derechos humanos al no permitir la legalización de los matrimonios igualitarios.
El caso se envió a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien en 2015 ya se había pronunciado sobre el tema.
Los actuales diputados no tienen pretexto. Debieron atender la recomendación que había realizado la CNDH para reformar el Código Civil de Puebla. Evitaron hacerlo con el pretexto de que sí era una prioridad, pero sería hasta este año cuando analizaran el caso.
A inicios de octubre del año pasado en este y en muchos espacios se criticó el trabajo de la mayoría de los diputados poblanos quienes se negaron a legislar la despenalización del aborto y los matrimonios igualitarios. Los señalamientos les pasaron de largo. Tuvo que llegar un organismo nacional a corregirles la plana y a señalar su homofobia.
Con la mayoría aplastante y rompiendo con la ideología de izquierda que presumían los diputados de Morena, los legisladores en Puebla se negaron a hacer su trabajo y como simples levantadedos aprobaron sin cambios relevantes la iniciativa que envió el Ejecutivo.
Poco o nada importaron en aquella sesión las advertencias de diputadas y diputados que recordaron que el Congreso de Puebla ya incurría en un desacato por no atender el primer llamado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para legalizar en el estado los matrimonios igualitarios.
Tampoco se hizo caso de las iniciativas que en ese momento ya existían dentro del Congreso para abordar ambos temas.
El reconocer desde la ley que cualquier persona, independientemente de su preferencia sexual puede casarse con otra, permite garantizar el primer artículo de la Constitución Mexicana. El no hacerlo –como lo decidieron los diputados el año pasado bajo el pretexto de que no era urgente- es mantener la discriminación.
Aunque no existe un plazo para que la SCJN aborde el tema ni dicte sentencia, puedo adelantarles que el Congreso no legislará sobre los matrimonios igualitarios hasta después de que se dicte la sentencia, seguramente porque existen otras prioridades.
En tanto, quienes quieran hacer valer sus derechos pueden ir a otros estados y casarse allá, donde sí se cumpla con la ley, o al menos eso es lo que considera uno de los senadores por Puebla que llegó a la Cámara Alta colgado de Morena.
Mientras la agenda legislativa siga marcada por los tiempos electorales y por decisiones políticas antes que por las necesidades ciudadanas, será difícil construir sociedades más justas.
Los diputados en Puebla tienen tarea, pero no los molesten porque aún les queda una semana más de vacaciones.
Un mejoralito para un tumor cerebral
Anoche se envió un boletín de prensa en el cual el secretario del Trabajo, Abelardo Cuellar se congratuló de que casi medio millón de poblanos carezca de seguridad social.
Como si se tratara de una verdadera proeza, anunció que tras la desaparición del Seguro Popular, en esta Cuarta Transformación todos podrán solicitar atención médica, tratamientos y medicamentos gratuitos en la institución médica de su preferencia.
La utopía suena genial pero bien le haría a los “idealistas” de la 4T darse una vuelta por los hospitales del IMSS, por los nosocomios de la SSA o por los edificios que albergan al ISSSTE para que vean que la falta de medicamentos y la carecía de personal médico son reales.
El número de mexicanos y de poblanos que padecen enfermedades crónicas, el de pacientes que requieren con urgencia tratamientos, es mayúsculo.
La oferta que realiza el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) será rebasada en menos de lo que la 4T se imagina, no bastan las buenas intenciones o las declaraciones mañaneras, eso lo debió entender AMLO el pasado 6 de enero cuando recibió muestras claras de rechazo por parte de enfermeras.