De la lucha de clases a la guerra de frases y de la protesta callejera al poder. Así se podría resumir la larga travesía de quien desde hace semanas se perfilaba como uno de los hombres de mayor confianza de Miguel Barbosa, el gobernador de Puebla.

En efecto, el nuevo secretario de Gobernación, David Méndez Márquez, ha visto pasar largos días y sus noches para llegar al puesto para el que la víspera tomó protesta, en medio de una suspicacia no menos notable por sus capacidades para contribuir a la estabilidad de un estado que necesita con urgencia el acuerdo de paz que ha ponderado su jefe inmediato

En 2006, cuando el fraude electoral que le costó por primera vez la presidencia de México a Andrés Manuel López Obrador, el nuevo inquilino de Casa Aguayo tomó las calles a la cabeza de cientos de seguidores que proclamaban juntos “Televisa te idiotiza” y “TV Azteca te apendeja”.

Era el tiempo de la acción concertada entre los llamados poderes fácticos para impedir que el llamado “peligro para México” tomara el poder a través de las urnas.

Hace 14 años, en medio de la peor crisis post electoral que ha vivido México, el progenitor del ahora Secretario de Gobernación, Jorge Méndez Spíndola, que había sido representante electoral del Partido de la Revolución Democrática mostró al autor de la Parabólica.mx, un conjunto de actas de escrutinio en el que se demostraba el monumental fraude.

Más que sumar el número de votos en favor del tabasqueño, lo que quedaba claro es que había quitas de sufragios que sumadas todas, significaban una resta de voluntades en detrimento del ahora presidente de México y en favor del michoacano, a quien luego se le bautizaría como el “presidente espurio”.

En todo ese episodio de la historia, David Méndez fue personaje central. Ideó y participó de la defensa del voto y luego en las manifestaciones en la calle para reclamar lo arrebatado por un concierto de personajes que yacen en la parte oscura de la historia.

La víspera que Fernando Manzanilla formalizó su dimisión al cargo, después de una larga historia de desencuentros con su ex jefe, el mandatario, una constante fue la que pesó en el clima de opinión política: Méndez ha sido un hombre que abrevó y creció en la izquierda poblana, un valor que siempre regatearon al dimitente.

El reto para este funcionario no ha de ser sencillo, pues estamos en la antesala de los procesos internos partidarios. Los apetitos de líderes de grupos de presión y agendas propias pondrán a prueba de la capacidad de operación y margen de maniobra de ese Secretario de Gobernación, que hace años participó de la épica lucha de clases y la guerra de frases. Ni más ni menos.