Es un hecho, este miércoles 26 de febrero serán presentados los tres detenidos como presuntos responsables del homicidio de tres estudiantes de medicina, dos de la UPAEP y el tercero de la BUAP, además del homicidio de un conductor de la plataforma Uber.

El móvil por el cual fueron golpeados en forma violenta y después ejecutados con disparos de arma de fuego, van a insistir, es el robo del vehículo que conducía Josué Emmanuel Vital Castillo, de 29 años de edad, mismo que fue recuperado por elementos de la Policía Ministerial del Estado, después de las 9:30 horas del lunes 25 de febrero, donde fueran hallados los cadáveres.

De hecho, la tarde del martes 26 de febrero concluyeron los cateos en tres casas de la Junta Auxiliar de Santa Ana Xalmimilulco, donde habrían sido aseguradas pruebas que demostrarían la participaron de estos tres en los homicidios de dos universitarios de nacionalidad colombiana, un tercero de Veracruz, avecindado en Puebla y un conductor de Puebla.

De la antesala del cuádruple crimen se maneja otra hipótesis muy contraria a la del robo de vehículo y de los valores de las víctimas, y esto es que cuando estuvieron en Huejotzingo algo vieron o se enteraron que en ese momento se hicieron incómodos para algún personaje o grupo del crimen organizado.

Y es que los tres estudiantes, antes de desaparecer y ser hallados sin vida, estuvieron conviviendo en la vía pública con vecinos del municipio que estuvieron en el carvanal y después algo pasó que pasadas las 21 horas del domingo decidieron retirarse de inmediato y pidieron un Uber.

Los cuerpos, como ya es del conocimiento público, fueron hallados por los mismos compañeros del estudiante de medicina José Antonio Parada Cerpa, gracias al GPS de su celular, que siguió su señora madre desde Bogotá, Colombia.

Luego vino la intervención de la Policía Ministerial y hallaron el vehículo Uber intacto, además de una camioneta con herramientas y bidones que evidencian el robo de hidrocarburo, además de la toma clandestina.

Lo nuevo son los chalecos balísticos, los cartuchos percutidos, algunos objetos propiedad de los occisos, además de vehículos con reporte de robo que fueron hallados en los cateos.

Pero faltan las armas con las que habrían sido asesinados y otras pruebas que en este espacio no se van a comentar a riesgo de que puedan también ser sembradas, como ocurrió con los vehículos.

La pregunta sigue siendo la misma.

¿Qué vieron o de qué se enteraron durante la fiesta del Carnaval que les costó la vida?

Nos vemos cuando nos veamos