La última vez que crucé palabras con Eukid Castañón fue en agosto de 2019. Fue para especificarme que no regresaría a la escena política, pues el infortunio lo había puesto en esa condición desde el fallecimiento de Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle. “Mis amigos”, dijo en ese momento.

Y lo fue, de ello no hay duda pues dio muestras imborrables de ser el más cercano a ese matrimonio. Quizá la más palpable fue la tarde trepidante en que apareció en las inmediaciones el hotel M&M en el contexto de la crisis post electoral de 2018. Se apareció como elemento distractor para permitir que la consorte de Moreno Valle pudiera abandonar el hotel de la zona de Las Ánimas.

El infortunio no ha terminado para este rudo operador de la política a quien en este espacio se le había bautizado como siniestro por la forma en la que infundía temor entre los adversarios del régimen panista que llegó de la mano del difunto Rafael Moreno Valle en 2010.

Me quedo con una expresión utilizada en la tercera mañanera de Miguel Barbosa, el gobernador de Puebla cuando luego de pedir a los medios estar atentos de la información que vendría de la Fiscalía General del Estado: “Hoy tiene que ser un buen día para la seguridad de Puebla”, dijo con un cierto énfasis que sólo pudo ser percibido por iniciados.

Luego la dependencia que encabeza Gilberto Higuera Bernal soltaría el comunicado de la aprehensión de un grupo delictivo que operaba secuestros, robo de vehículo y tráfico de drogas. Ese parecía ser el anuncio adelantado.

Fuentes bien informadas dijeron al columnista que detrás de la aprehensión del ex diputado federal existe un conjunto de acusaciones de carácter federal, como asociación delictuosa, portación de armas de uso exclusivo del Ejército y amenazas.

Nadie que se precie de conocer los entretelones de los aparatos de justicia podría pensar que hubo casualidad entre las palabras de un gobernador con información y lo sucedido más tarde.

El duro operador del morenovallismo habrá regresado contra su voluntad a la escena política, porque incluso desde la sombra se sube a la palestra como se lo manifestó al autor de la Parabólica hace ocho meses.