Cientos de maestros buscan todos los días llegar por medios propios a sus centros de trabajo, lejos de las zonas urbanas. A la orilla de carretera, sobre lomo de una mula o a través de tramos sinuosos arriban siempre a su centro laboral.

Por vocación o por compromiso, siempre cumplen. Para nadie ha pasado inadvertido. Pensar en esos dos valores es indispensable pues en el Congreso de Puebla nos dieron muestra de cuánta verdad existe detrás del refrán popular “el perro es perezoso y hasta tapete le pones”.

Ejemplo de ello dieron los diputados del PRI, Javier Casique Zárate y la panista Mónica Rodríguez en la sesión de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales, a distancia merced de la contingencia epidemiológica, en la que se desahogarían asuntos relacionados con la gobernabilidad en Tehuacán, aún sin presidente municipal.

Ellos junto con el resto de los legisladores que rebasan por mucho la exposición mediática, gozan de fuero y dos fuentes de ingresos consistentes en más de 55 mil 800 pesos como salario más 27 mil de apoyo legislativo cada mes, decidieron suspender labores legislativas... y eso que sesionaban desde la comodidad de sus respectivos domicilios. 

El priista Casique Zárate, cuya retórica militante obedece más al barroco, es el legislador menos productivo. En 2019 acumuló 47 faltas; en el caso de la panista decidió mostrar una pequeñez política y desquitarse del plantón con la falta de quórum en la  Comisión Permanente en días pasados.

Nadie los va a apremiar ni con el pétalo de un reclamo público porque ambos carecen de base social, representados o votos. Su condición obedece al pago de cuotas que la imperfecta democracia contempla para los partidos políticos con registro. Dicho de otra forma, no representan a nadie.

Por eso el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, Gabriel Biestro comete un yerro en su apreciación con el tuit que la víspera posteó para llamar al PRI y PAN “a dejar por un momento la politiquería”.

Lo que sucedió en el ámbito legislativo a través de la transmisión del streaming es la concreción de un berrinche personal de una que la pone lejos de la tribuna que Acción Nacional necesita y la pereza del otro, escondido detrás de un argumento leguleyo falaz.

Un día debería existir el descuento económico para sancionar a los políticos faltistas, y a quienes buena lección les vendría andar a lomo de mula para llegar a sus centros de trabajo, pero esa es una utopía.