Hasta antes de la limpia efectuada en el reclusorio de San Miguel en la capital poblana, un sujeto de nombre Omar Daniel N., regenteaba un dormitorio en ese Centro de Reinserción Social.

En el mundo del hampa se le conoce como el ‘kakas’. Junto a su esposa Griselda fueron detenidos con la esposa del ex edil de Venustiano Carranza, Rafael Valencia Ávila, Ilse Lucia por el presunto delito de robo de combustible el 9 de agosto de 2018.

Para dominar en un ambiente de suyo hostil como el carcelario, es de dominio público, se requiere al menos tres características: disposición para imponerse a través de la violencia, vasos comunicantes con líderes criminales y mucho dinero. El kakas parece tener los tres.

El esposo de la mujer que hace dos años ocupaba el cargo de presidente del DIF Municipal en aquel municipio de la sierra norte, detenida y luego liberada, aparece en el padrón de militantes del Partido Acción Nacional.

Una consulta al padrón de ese partido político cuyo origen doctrinario descansa en el bien común y la dignidad de la persona humana, permite establecer que el ex edil, junto con sus hermanos Marco Antonio, Jorge Alejandro y Erika Patricia fueron afiliados el 5 de marzo; el 31 de enero; y el 7 de febrero en los últimos dos casos, en este 2020 de manera respectiva.

Para haber sido aceptados como miembros activos de Acción Nacional, los Valencia Ávila debieron haber pasado diversas etapas procesales según los reglamentos internos: envío de información personal; validación y recibimiento de número de folio; acudir al Taller de Introducción al Partido (TIP)... y aprobarlo.

Finalmente el Registro Nacional de Militantes habrá recibido la documentación para su validación. Después de ese largo proceso, el interesado recibirá la notificación de haber sido aceptado, como es el caso de los hermanos radicados en Venustiano Carranza, pues evidentemente no fueron rechazados

Hacerlos militantes no los hace sospechosos, porque ya cargaban con ese estigma. A quien parece convertirla en cómplice es a Huerta Venegas, pues la casualidad de haber acreditado todo el proceso con ella al frente del comité estatal parece por lo menos, inverosímil.

La revelación en la entrega de la parabólica.mx en la que se establece (https://parabolica.mx/2020/columnas/parabolica/item/4372-pan-la-mentira ) con claridad que desde las oficinas del Comité Directivo de Genoveva Huerta se dieron todas las facilidades para fijar postura pública de uno miembro del grupo despertó enojo no sólo en liderazgos como Ana Teresa Aranda y Humberto Aguilar Coronado.

La razón es simple pues sobre este clan existe un clima de opinión insoslayable. Esa sola circunstancia motivó el cese de los mandos de la de la Guardia Nacional que aparecieron en las fotografías en una comida hace tres semanas. 

Entre legisladores y miembros del Comité Estatal existe desazón y enojo por lo que parece haber sido un engaño desde la dirigencia local panista luego de que a través de geolocalización se pudo ubicar el número telefónico, en el mismo edificio de la sede panista, desde el cual salió la convocatoria para la rueda de prensa de Marco Valencia, la liga de la transmisión a través de FacebookLive y luego el comunicado.  

El Comité Ejecutivo Nacional busca antecedentes que acrediten la investigación sobre los probables nexos de la familia serrana con grupos delictivos pues existe convicción de no cobijar más a perfiles sospechosos desde las siglas de Acción Nacional.

Los Valencia Ávila son desde ahora un grupo tóxico heredado del pasado reciente. La historia dará mucho sobre la cual se deberá poner especial atención.