Inició el Tercer período del Segundo Año de ejercicio legislativo del Congreso del estado de Puebla.
Casi dos años han pasado desde que la incertidumbre marcó su inicio. El tiempo siguió su curso y a esa incertidumbre de origen, se fueron sumando en el ejercicio legislativo algunos “moditos” que se han enraizado en el Congreso poblano. Esos mismos “moditos” que el Presidente López Obrador hoy rechaza.
Y cuidado con esos “moditos” porque son los que en este momento, no están permitiendo el diálogo, los acuerdos y los compromisos, no sólo entre pares, el problema ya va más allá, tampoco los construyen con la ciudadanía, con las organizaciones, con los diversos actores políticos.
Esos “moditos” también, han dejado fuera el estudio y el análisis, el intercambio de ideas, el debate parlamentario y la argumentación; la inmediatez, la tozudez, el capricho, la premura, la ocurrencia, los errores, imperan. Esos “moditos” no les están permitiendo escuchar y a un año de concluir el período legislativo que le corresponde a ésta LX Legislatura, el saldo no está siendo favorable.
En el Congreso de Puebla estamos justo ante la presencia de estas actitudes, prácticas arrogantes, falsa ideología, falsos abanderamientos, que dan cauce a avances mediocres, que traen como consecuencia que no estemos generando confianza y certezas jurídicas en la ciudadanía.
Esas prácticas históricas, muchas de ellas simbólicas que tanto criticaban y decían que les “chocaban” no solo continúan, sino que se han afianzado. Ello es clara evidencia del fracaso de esa supuesta cuarta transformación en el Congreso poblano.
Ustedes estarán pensando, “mira quien lo escribe, una priista” pues sí, imagínense, para que una priista lo evidencie, significa que han sobrepasado a aquellos otros “moditos” que lo llevaron a perder posiciones.
El tema es que ese movimiento, convertido hoy en partido político Morena, dijo que era diferente, que el “no robar, no mentir y no traicionar” y la “austeridad republicana” eran su principio -lo olvidaron muy rápido- que terminar con la corrupción y la impunidad era su fin. Mintieron.
Sólo tenemos un año para dejar a un lado esos “moditos” inaceptables en política.
Sólo un año para rectificar y recordar eso que se llama urbanidad política que permite el diálogo, el acuerdo y el compromiso político.
No cabe duda que Don Federico Reyes Heroles no se equivocó al señalar que la forma, -el modo de hacer las cosas- es el fondo.
Porque hoy esos “moditos” en el Congreso, lo único que está dejando es que esa incertidumbre social y política que marcó el inicio de esta legislatura no sólo continúe, sino que ahora se extienda a la incertidumbre y desconfianza ciudadana por un mal desempeño en el ejercicio legislativo y así, esto no tendrá un buen fin.