Una y otra vez, Leobardo Rodríguez Juárez, quien cobra como secretario de Administración Municipal, volvió a poner al frente del fuego cruzado a la presidenta municipal, Claudia Rivera.

Si usted no logra recordar alguna acción de Leobardo Rodríguez, le cuento que este personaje, fue el responsable o mejor dicho, el irresponsable que intentó juntar a todos los trabajadores del Ayuntamiento de Puebla en plena pandemia para firmar un oficio.

Otra gracia de Don Leobardo se dio cuando, con la sensibilidad de un elefante, el funcionario informó a los trabajadores de la comuna que los días de confinamiento se les descontarían de sus vacaciones.

Ayer Rodríguez Juárez volvió a demostrar que el enemigo de Claudia Rivera duerme en casa. Desde que la presidenta anunció que donarían 15 millones de pesos al Gobierno del Estado, Miguel Barbosa había dejado en claro que eso no serviría como tregua en el conflicto que sostienen.

Rivera entendió el mensaje y acató la recomendación del gobernador. Con bombo y platillo anunció que se adquirirían ventiladores o respiradores mecánicos para apoyar la infraestructura hospitalaria de Puebla. Hasta ahí, íbamos bien.

No se necesitaba más que un par de dedos de frente para deducir que el gobierno de Barbosa buscaría el menor de los motivos para descalificar o minimizar la colaboración municipal, pero eso a Leobardo Rodríguez le importó un pepino y decidió arriesgarse.

En lugar de garantizar que los aparatos cumplieran con las normas de calidad, apostó por lo peor y el resultado ayer lo vimos, una nueva bomba le estalló en las manos a Claudia Rivera.

Si el secretario de Administración Municipal hubiera hecho su trabajo, sabría que antes de “entregar” la maquinaria, era necesario una revisión de calidad. Con ello se habría evitado el oso de este lunes y que la administración estatal tuviera nuevas municiones contra el Ayuntamiento.

Leobardo Rodríguez realizó tan mal la tarea que incluso llevó los equipos, de segunda mano, a un hospital Covid, cuando se ha anunciado hasta el cansancio que todas las donaciones se están concentrando en un solo sitio.

Pero ahí no pararon las pifias. El inefable funcionario —con una sonrisita burlona— reconoció que “efectivamente” los ventiladores no eran nuevos y que devolverían los aparatos al proveedor. En la entrevista señala “que los poblanos estén tranquilos”.

¿Cómo vamos a estar tranquilos cuando no es capaz si quiera de adquirir los urgentes ventiladores? Después dijo que buscarán que nuevamente la empresa les mande otros equipos. ¿Qué parte no entendió?, ¿Para qué le das una segunda oportunidad a una firma que puso en riesgo la salud de los poblanos en plena pandemia?

Otra declaración del secretario que debe preocupar a más de uno fue la referente a que ellos desconocían que se trataba de aparatos usados ¿Cuántas compras, adquisiciones y licitaciones tendríamos que revisar, después de esta declaración?

Lo dicho, la alcaldesa debería pensar que el enemigo duerme en casa.

Se calienta la plaza

Desde la llegada de Raciel López el número de detenidos ha crecido, pero también es cierto que la violencia sigue desatada en Puebla y su zona metropolitana.

Para no ir lejos, este viernes la balacera en Lomas de Angelópolis nos recordó que en Puebla a cualquier hora, los malandros operan.

Ayer por la noche, la ejecución de dos personas que circulaban por el Aurrera de Cuautlancingo, volvió a generar pánico entre los habitantes de la zona.

Estos son sólo dos ejemplos de los muchos reportes sobre ejecuciones, balaceras, secuestros, disparos, asaltos a mano armada, extorsiones y demás delitos que diariamente y por desgracia, reportamos.

La violencia y la inseguridad en Puebla están desatadas desde hace algunos meses y las corporaciones policiacas, de todos los gobiernos, se han visto rebasadas. Lo que se ve, no se juzga.