Dos batallas están librando los elementos policíacos al interior de la Secretaría de Seguridad Ciudadana municipal en Puebla, ambas verdaderas bombas de tiempo.

1- Trabajar sin cámaras de seguridad.

2- Trabajar en medio de elementos con Covid-19, tras confirmarse a dos compañeros positivos.

Puebla tuerta

En la primera batalla, se calcula que al menos 90 por ciento de las cámaras de seguridad distribuidas por Puebla capital, simplemente no funcionan o no están prendidas.

Trabajar así es como pretender vigilar con un solo ojo o con una debilidad visual.

Pero el problema no es que las cámaras no sirvan o esté fallando la tecnología o su calidad de visualización.

El problema es meramente administrativo o burocrático, aunque usted no lo crea.

Todo porque presuntamente la Secretaría de Seguridad Ciudadana a cargo de Lourdes Rosales, no ha pagado a las empresas proveedoras.

Mientras el ayuntamiento tiene en sus cuentas bancarias “guardados o ahorrados” 162 millones de pesos, las cámaras de vigilancia están apagadas.

No se sabe a ciencia cierta cuánto es la cantidad que se adeuda, cifra que tiene tesorería del ayuntamiento.

Lo que sí se sabe es que cientos de puntos en la ciudad están ciegos.

En el municipio de Puebla hay por lo menos mil cámaras de seguridad en 250 puntos, asimismo otras 500 direcciones compartidas con el gobierno del estado.

La aún titular de la SSC, Lourdes Rosales, busca supuestamente mejorar la seguridad, lo que se debe reflejar en las cifras de manera urgente.

Y así les exige a sus subalternos, pero cuando le mencionan el problema de las cámaras, hace oídos sordos y ahí termina el tema.

Para suerte de la dependencia de seguridad, el confinamiento, cuarentena o medidas restrictivas por el Covid-19, hizo que supuestamente la delincuencia bajara.

Aunque hay quienes afirman que bajaron las denuncias, simplemente porque la gente ante la pandemia de coronavirus, prefiere no acudir a las oficinas ministeriales.

Lo que sí se han disparado oficialmente son las carpetas de investigación por narcomenudeo hasta 78 por ciento, al pasar de 32 presentadas en marzo a 57 en abril pasado.

También aumentaron 17% los casos de homicidio doloso al registrarse 14 asesinatos en abril, por 12 que hubo en marzo.

Ahora sin cámaras, es como estar sentado en una bomba de tiempo.

Covid-19 en la SSC municipal

La segunda batalla con la que laboran los uniformados de la SSC, es contra el temor de contagios por Covid-19.

Hace unos días, se registraron dos casos positivos en el edificio de la Dirección de Emergencias y Respuesta Inmediata.

Pero se ha guardado total silencio.

Esta situación mantiene la preocupación de cientos de elementos que ahí laboran.

Y es que los altos directivos de la corporación tratan de mantener en secreto los contagios.

Inclusive a algunos de los compañeros directos de los infectados que dieron positivo a coronavirus, sólo los movieron de piso, sin mandarlos a cuarentena o hacerles pruebas para ver si no están contagiados.

Al parecer los elementos con coronavirus, ya están hospitalizados ante los síntomas que presentan.

El temor de los elementos no es menor, ya que podría producirse un brote muy fuerte en la corporación sino es controlado.

Por eso urgen medidas.

Otra bomba de tiempo.