El martes 2 de junio el gobierno de Puebla envió un comunicado con relación al paro que mantienen por lo menos 500 elementos de la policía del estado por mejoras en su salario, en sus condiciones de trabajo ante los contagios de Covid-19, además de su seguro de vida.

En el comunicado se dejó entre ver que tras el paro policíaco se encuentran implicados ex secretarios de Seguridad Pública, además de la presidenta municipal y de la secretaria de Seguridad Ciudadana.

Pero entre otros de los involucrados el boletín mencionó a Miguel Jiménez Castillo, uno de los colaboradores cercanos del gobernador Miguel Barbosa, cuando este se encontraba en campaña política.

Miguel Jiménez también fue candidateado a la Secretaría de Seguridad Ciudadana como parte del equipo del gobernador.

Implicarlo en el supuesto complot del paro policiaco fue con la intención de desacreditado, para dejarlo fuera de cualquier relación política.

La mano de un tercero en discordia tuvo mucho que ver, además de que fue muy inteligente relacionarlo con un grupo en pugna, este personaje tiene otros intereses, no tarda en dar la cara.

Saldo de un chivatazo en la FGE

El pasado viernes 29 de mayo, la Fiscalía General del Estado ingresó de manera sorpresiva a un local, ubicado en Avenida Bugambilias, a unos metros del mercado Emiliano Zapata, en busca de una banda de narcomenudistas.

Contando con una orden de cateo, elementos de la Agencia Estatal de Investigación ingresaron al inmueble donde aseguraron:

"100 bolsas de diversos tamaños con residuos de polvo blanco de al parecer cocaína y cristal, tres celulares, dos jeringas con aparentes residuos de droga, dos relaciones en papel con datos de posibles ventas o proveedores y dinero en efectivo".

Extrañamente en ese local no había una sola persona, pero sí pruebas de que minutos antes había en el interior varias personas y que de manera furtiva salieron corriendo antes de que llegara la policía.

¿Quién les avisó?

Seguramente alguien que venía en el operativo se le ocurrió avisar para dónde se dirigían y qué iban a hacer de manera exacta.

El operativo estuvo bien planeado, primero fue la labor de inteligencia y de investigación, luego el permiso de un juez de control para entrar, todo esto de manera sigilosa y estratégica.

Pero cuando llegaron no encontraron a ningún sospechoso sólo las drogas que no les dio tiempo de ocultar, además del dinero en efectivo.

Para no dejar, cerca del lugar cateado la FGE encontró a dos hombres y a una mujer posesión de una bolsita de marihuana cada uno y los detuvo y presentó ante el juez de control.

Los tres sospechosos de posición de droga fueron puestos en libertad tras el pago de una fianza y siguen sujetos a investigación.

Esta última detención sirvió para que la FGE no quedará mal en un cateo dónde previamente avisaron a los narcomenudistas qué deberían escapar.

Nos vemos cuando nos veamos.