El probable responsable de haber extorsionado y de lavar cantidades de dinero aún no cuantificadas, Eukid N., también construyó carreras políticas, como se verá a continuación.
Es el caso de Genoveva Huerta Villegas, la dirigente del Partido Acción Nacional a quien de manera equivocada se le atribuyó el madrinazgo de Martha Erika Alonso Hidalgo, fallecida junto con su marido Rafael Moreno Valle, en diciembre de 2018.
Por eso extraña el silencio y falta de solidaridad ahora que el imputado enfrenta momentos difíciles desde el penal de San Miguel, ataviado con su traje color caqui y corte de pelo a rape como el resto de la población carcelaria, en la celda que le asignaron las autoridades penitenciarias.
Deslegitimada cómo está la dirigente, tal vez se deba a una conveniencia política o que en el sub consciente descanse la idea de que se olvide la manera en la que escaló como operadora, luego a la diputación federal y finalmente a la dirigencia de un partido político que en el pasado ha tenido figuras de la escena con más oficio que ahora.
Entre 2013 y 2014 se llevó a cabo la elección interna para la dirigencia del PAN. Los protagonistas de esa contienda eran Ernesto Cordero y Gustavo Madero. Fernando Manzanilla operó para Cordero y su cuñado, Moreno Valle para Madero.
El ex mandatario puso a disposición de Gustavo Madero toda la estructura de la que era capaz. La actual dirigente panista fue enviada a Cancún, Quintana Roo como operadora del morenovallismo.
Durante su estancia en el municipio de Benito Juárez se hospedó en el departamento que fue propiedad del actual imputado, pues aún no contaba con la residencia de Bacalar, en el extremo sur quintanarroense.
Sólo un pequeño grupo de panistas tuvo acceso a ese episodio de la vida interna en el PAN, de la que había que mantener reserva y discreción por miedo y precaución.
Era como un secreto de familia que luego fue formando parte de la comidilla en la cúpula política: en Cancún, Genoveva Huerta había planchado su candidatura a la diputación federal con el ex operador estrella del morenovallismo.
Durante largo tiempo el ahora inquilino de San Miguel presumió los cargos de la ahora dirigente panista como posición propia, y en algo tenía razón pues la conducta incondicional de la legisladora en San Lázaro fue total, absoluta.
También lo fue como coordinadora de Cultura del CEN del PAN en 2015. Frente al matrimonio Moreno Valle-Alonso Hidalgo, Eukid N., abogó siempre por ella por una premisa que no se podía soslayar, por incontrovertible: él era el poder detrás de la silla de Genoveva Huerta, la aguerrida dirigente panista del presente.